Reflexiones compartidas por Alejandro Jorge
Durante el transcurso de mi
trayectoria política, como todo ser humano, no he sido exento de cometer
errores, errores que afortunadamente figuran en el haber de mi aprendizaje,
porque de ellos he aprendido.
Siempre me gusta analizar los
escenarios posibles y valorar cada asunto desde la mayor imparcialidad de la
que soy capaz, y en base al título de este artículo de opinión “Reflexiones
compartidas”, procedo a realizar una serie de consideraciones a la que le
invito a usted, amable lector, a que las valore y opine lo que considere
conveniente.
Cuando se daba el pistoletazo de
salida al actual mandato en las corporaciones locales de Fuerteventura, nada
hacía presagiar que estaríamos ante el periodo de inestabilidad política más
grave de nuestra etapa democrática, tampoco se nos pasó por la cabeza la
llegada de una pandemia que, de la noche a la mañana, nos encerró a todos en
casa durante meses. Partiendo de estas dos situaciones y ya que se acerca el
2023, me gustaría argumentar lo siguiente:
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Hasta
no hace muchos años, los señores y señoras de la política, para sellar un
acuerdo, les era suficiente con una mirada a los ojos y un apretón de manos, lo
de redactar un documento para formalizarlo suponía un mero trámite.
Los
partidos menos votados con sus concejales y concejalas, aspiraban a ser la
llave de los gobiernos. Ahora algunos no se conforman con eso, da igual lo
firmado, da igual que exista una mesa de seguimiento del pacto como herramienta
para resolver los problemas que puedan surgir.
Da igual que el pacto vaya bien.
Lo importante es el poder, presidir las instituciones. Ya no se conforman con
la llave, también quieren la puerta, la casa y todo lo que haya en el jardín y
en el garaje.
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La
pandemia que aún hoy estamos padeciendo, ha dejado a cientos de miles de
personas en el camino, ha destrozado empresas, empleos e incluso hogares.
Los
políticos debemos ser consecuentes y no utilizar este asunto como un escudo
protector ante la inacción política, bastante tiene el autónomo con abrir la
persiana de su negocio, o la mujer emprendedora en hacer realidad el sueño de
su proyecto empresarial.
Bastante tiene el común de los mortales en poder ir
cada día a trabajar. Bastante tienen, como para que los que estamos en las
instituciones digamos “esto no lo hicimos por culpa de la pandemia”, a mí me
gusta decir “esto lo hicimos a pesar de la pandemia”.
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Cuando
se acercan unas nuevas elecciones, los partidos políticos se van posicionando,
y las personas que militan en ellos igual. Pienso que el noble ejercicio de la
política, impone la aceptación a las decisiones que democráticamente se adoptan.
Si una persona se va de una organización, o si la organización prescinde de su
candidatura, son decisiones que deben mantenerse en el ámbito orgánico y en
última instancia en el personal. Vaya por delante mi total respeto a todas las
organizaciones políticas y sus militantes.
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Este
mandato avanza rápido, en apenas un año tendremos unas nuevas elecciones, pero
las prisas son malas consejeras. Cuando se está en un gobierno el discurso de
hablar mal del gobierno anterior tiene “las patas cortas”, a los pocos meses,
la población exigirá respuestas a los actuales gestores.
Cuando me tocó asumir
la vicepresidencia del Cabildo me grabé a fuego esta indicación aprendida con
el tiempo. Y no dudé en reconocer el trabajo de mis predecesores, pues gracias
a ellos pude retomar proyectos que dejamos culminados en apenas año y medio.
Esto contrasta (y que conste que no es una crítica), con algún cargo público de
la Isla, que se afana en criticar permanentemente al gobierno anterior, pero
¡claro! el problema es que en esas críticas se pasa de frenada porque sin
quererlo o queriéndolo (a saber), está criticando a sus actuales compañeros,
los cuales no solo comparten tareas gubernamentales con él, sino que también
gobernaron en el pasado reciente.
Definitivamente, la mejor gestión es la que
aprecia la gente, y no hacen falta cientos de fotografías en redes sociales, ni
tampoco etiquetar a todo el que se ponga por delante en las publicaciones de
uno ¿Saben por qué? Porque la población espera de sus gobernantes que lo
cotidiano se resuelva, y lo que hace falta es un modelo de gestión, y eso no se
consigue únicamente con fotos ni diciendo qué mal lo hicieron otros.
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Siguiendo
con el punto anterior, lo voy a decir muy claro:
Alejandro Jorge se
responsabiliza de lo bueno y de lo malo que hayan hecho los gobiernos en los
que he participado. En este último gobierno del Cabildo, insisto, me
responsabilizo de todo lo bueno y lo malo, porque así se debe concebir un
pacto. Lo que no puede decirse es “lo bueno es gracias a mí y lo malo por culpa
del otro”. Es cierto que existen comportamientos individuales que lastran a un
equipo de gobierno, pero un entrenador no puede echarle la culpa a un solo
jugador de perder el partido.
Ganamos todos y perdemos todos. Aún así, me
siento especialmente orgulloso del trabajo que hicimos al frente del Cabildo,
aunque recibiésemos más de un gol intencionado y en propia puerta.
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De
cara a 2023, es muy importante que hagamos un ejercicio colectivo de respeto a
las organizaciones políticas y a sus integrantes. Da igual la fórmula, ya sea
partido político, coalición electoral, plataforma electoral o agrupación de electores.
Todas tienen derecho a estar presentes en unas elecciones.
Debe existir un
compromiso para una campaña de propuestas y no de confrontaciones. Imaginen por
un momento a un candidato con experiencia política decirle a otro candidato
“qué me va a enseñar un camarero de política, porque a eso se dedica el chaval”.
Imaginen por un momento que se crucen insultos y amenazas, ¡conmigo que no
cuenten!
Por cierto, que respecto a ser camarero, por lo menos para mí es una
de las profesiones que más admiro, de hecho todos los trabajos relacionados con
la hostelería son de mi más profunda admiración, al igual que el sector
primario y el sector servicios. Y hablando de sector primario, si digo ¡conmigo
que no cuenten! es porque cuando toca demostrarlo hay que hacerlo.
Mi más
enérgica repulsa y mi más profunda consideración al consejero David de Vera y
su familia. La razón se pierde cuando se pierden las formas, y los insultos que
ha recibido no son aceptables de ninguna de las maneras.
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¿Y
tras 2023 qué hacemos? Abogo por la estabilidad institucional, porque sin ella
no habrá gobierno posible.
Es imposible montar una empresa o dirigir un club
deportivo, por poner ejemplos, sin saber si a la semana siguiente vas a
continuar trabajando o van a echarte a la calle.
Estabilidad como pilar
fundamental para formar buenos y duraderos gobiernos, ofrecer ilusión pero un
proyecto creíble, no levantar falsas expectativas, pero trabajar y mejorar la
situación de cada municipio. Tener en cuenta a la hora de gobernar que cada uno
puede votar a quien crea conveniente.
Y partir de ahí, no existen presidentes
de una asociación que son de un partido o de otro, o presidentas de un club
deportivo, o empresarios.
¡No!
Lo que hay son empresarios,
presidentes de colectivos, presidentas de clubes deportivos, estudiantes,
personas de la tercera edad, personas que viven en Fuerteventura porque
escogieron esta tierra para desarrollar su proyecto de vida. En definitiva,
vecinos y vecinas por los que continuaré trabajando ¡Seguimos!
Alejandro Jorge