Nereida Calero propone a la radio televisión Canaria que realice una campaña de choque contra la mutilación genital femenina
La diputada del Grupo Nacionalista Canario Nereida Calero ha
propuesto hoy al administrador único de la Radio Televisión Canaria (RTVC) el
diseño y difusión de una campaña mediática contra la mutilación genital
femenina.
Alrededor de 760 niñas y adolescentes están en riesgo de ser
mutiladas cada año en las Islas, por lo que “resulta necesario darle
visibilidad en un formato que permita explicar en qué consiste, cómo actuar y
cómo denunciar cuando se tenga conocimiento de un caso o se sufra”.
Es muy importante dejar claro “que esto no es cultura, es
violencia”, insistió la diputada.
Esta iniciativa se une a la Proposición No de Ley que los diputados
de Fuerteventura defendieron en el Parlamento por la que se mandataba al
Gobierno a la elaboración de protocolos de aspecto social y sanitario, y
también se le instaba a realizar una campaña de visibilización y atención a la
Mutilación Genital Femenina, y considerarla como otra forma de Violencia contra
la Mujer
Desde entonces, “no se ha hecho nada, y creemos que tenemos que
luchar con todos los instrumentos que tenemos a nuestra disposición para
abordar un grave problema social e intentar erradicarlo de nuestras islas”.
La mutilación
genital femenina se define como todos los procedimientos que conllevan la
extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos, u otras
lesiones a los órganos genitales con fines no médicos.
Con ello se
pretende controlar la sexualidad de la mujer y reforzar los estereotipos que
privan a las niñas y a las jóvenes de su derecho a tomar decisiones sobre su
vida y su cuerpo.
El resultado de
estas prácticas puede ser la muerte, a causa del sangrado, de un shock
(provocado por el dolor y el trauma), o de una infección.
Además del trauma
psicológico, luego sufren mil complicaciones como problemas urinarios,
menstruales, infertilidad, complicaciones en el parto, o dolores durante las
relaciones sexuales.
Se suele
practicar en niñas de 4 a 12 años de edad, aunque en ocasiones se hace incluso
apenas unos días después del nacimiento, o más tarde, justo antes del
matrimonio.
Cualquier forma
de mutilación genital femenina constituye una violación grave de los derechos
humanos de las mujeres y las niñas. Y para eso existen infinidad de tratados y
leyes, “que no logran erradicar su práctica”.