Endesa
y los cabildos de Gran Canaria y Fuerteventura han elaborado un vídeo-exposición
sobre el nacimiento, cría y liberación del ejemplar, que se ha dado a conocer esta
mañana en el CAJI
El primer guirre nacido en cautividad continúa libre y en
buen estado de salud en Fuerteventura
Tamarán, el primer guirre o
alimoche canario (Neophron
percnopterus majorensis) nacido en cautividad y liberado
con éxito en el medio natural, se ha convertido en un ejemplo de conservación
medioambiental que ha dado lugar a un vídeo educativo y una exposición
itinerante, que esta mañana se ha presentado en el Centro de Arte Juan Ismael
de la capital majorera en el marco de un proyecto de colaboración entre los
cabildos de Gran Canaria y Fuerteventura y la compañía Endesa.
Los alumnos de 4º de ESO del IES Santo Tomás de
Aquino fueron los primeros en presenciar el vídeo-exposición, en un acto al que
asistieron las consejeras de Medio Ambiente en el Cabildo de Gran Canaria y en
el Cabildo de Fuerteventura, María del Mar Arévalo y Natalia Évora, el director
de distribución de ENDESA en Canarias, Javier Sánchez, y también el director
del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, Pascual Calabuig,
coordinador de este proyecto que ve la luz bajo el título 'Proyectos de recuperación
del guirre, historia de un nacimiento' (hasta el 31 de enero en el CAJI).
Desde Endesa, Javier Sánchez
recordó la instalación de dispositivos salvapájaros en los tendidos eléctricos
de la compañía en Fuerteventura, medida adoptada desde hace una década para
evitar las colisiones y electrocuciones en los hábitat de los guirres en el
marco de un Proyecto Life europeo, el cual permitió, en aquel entonces, erradicar
las causas no naturales de mortandad de esta especie catalogada en peligro de
extinción y que, en aquella época, se encontraba seriamente amenazada. La elaboración
de este vídeo-exposición supone un paso más de la compañía eléctrica en el
apoyo a la conservación del guirre.
Hoy en día, explicó la consejera Natalia Évora, la población
del guirre "se encuentra estabilizada en Fuerteventura alcanzando los 250
ejemplares, aproximadamente, e incluso su recuperación ha alcanzado un estadio tal
de madurez que ha comenzado a colonizar nuevos territorios como el de Lanzarote,
con cuatro parejas reproductoras en la Isla vecina, cuando hace apenas diez años
la especie ocupaba un solo territorio en el Archipiélago Chinijo".
El siguiente paso en la
conservación del guirre, aventuró María del Mar Arévalo, "y ese es uno de
los objetivos marcados, pasa por estudiar la posibilidad de reintroducir la
especie en Gran Canaria", pues es un hecho conocido que el alimoche
canario llego a habitar en todo el Archipiélago, y se extinguió en territorio
grancanario en la década de los años 80 del siglo pasado.
Los tres representantes
coincidieron en la importancia de difundir la historia de Tamarán, pues
representa un ejemplo de esfuerzo de conservación ambiental en Canarias. La recuperación
del guirre como especie se convierte, de esta manera, en contenido educativo y
divulgativo que a partir de ahora podrá llegar, como vídeo en redes sociales y utilizable
en centros educativos o como exposición itinerante, a miles de personas de
todas las Islas.
Pascual Calabuig, por su parte,
se centró en relatar los esfuerzos llevados a cabo durante años en el Centro de
Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira (dependiente del Cabildo de Gran
Canaria), primero para conseguir la cópula entre dos de los ejemplares que por
contar con lesiones irrecuperables se mantienen en estas instalaciones, segundo
para conseguir puestas de huevos, y por último la consecución del hito científico
que supuso la puesta de un huevo fértil por parte de los progenitores de Tamarán,
los guirres Vallebrón y Tisca, y el éxito en el nacimiento y cría del guirre en
cautividad.
A punto de cumplir los siete
meses de edad –la eclosión del huevo se produjo el 19 de junio de 2013-, y después
de tres meses desde su liberación en el Comedero de Guirres de Tiscamanita (Tuineje,
Fuerteventura), Tamarán se ha adaptado perfectamente a su vida en libertad, se
alimenta de manera independiente y realiza ya grandes desplazamientos a lo
largo y ancho del territorio majorero. Estos datos se conocen gracias al
dispositivo de seguimiento por GPS de última generación que le fue instalado el
día de su liberación por los técnicos de la Estación Biológica de Doñana, órgano
investigador que por encargo del Cabildo de Fuerteventura se ha ocupado en
los últimos años de llevar a cabo el proyecto de conservación del Neophron percnopterus majorensis.
Las mejores expectativas de los dos Cabildos, Doñana
y el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, que colaboran en el
proyecto de conservación del guirre, apuntan a que Tamarán, una vez alcance la
edad adulta, pueda emparejarse y reproducirse viviendo en libertad en Fuerteventura.
Igualmente, visto los buenos resultados del proyecto, existe la posibilidad de
volver a llevar a cabo en el futuro una nueva experiencia de cría en cautividad.
El guirre o alimoche
El alimoche, conocido
comúnmente en Canarias como guirre, es una subespecie endémica de nuestro
Archipiélago. Antes abundante en numerosas islas, en la actualidad se encuentra
solo en Fuerteventura y en menor medida en Lanzarote. Dado el grave peligro de extinción
que padece, en la última década el guirre ha contado con un Plan de
Recuperación y varios proyectos LIFE que han disminuido notablemente los
factores de amenaza.
Así, distintas medidas
preventivas, correctoras y de conservación, en las que se han implicado
instituciones y entidades privadas, como el Gobierno de Canarias, los Cabildos
de Fuerteventura y Gran Canaria, la Estación Biológica de Doñana, SEO BirdLife
y Endesa, así como la concienciación popular, han sido determinantes para la
recuperación de este ave. Por secuelas de diversos accidentes fortuitos un
pequeño número de ejemplares irrecuperables para la vida salvaje se albergan en
la actualidad en la estación Biológica de La Oliva y en el Centro de
Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, pertenecientes a los Cabildos de
Fuerteventura y Gran Canaria respectivamente.
En la temporada 2013 a partir
de esos animales desahuciados se logró la reproducción en cautividad. Se trata
de un hito histórico que abre una puerta de esperanza en la futura gestión de
esta subespecie emblemática de nuestra fauna. La secuencia que contiene esta
exposición es el resumen de este pequeño “milagro”, fruto de la colaboración
entre el hombre y la naturaleza.
Reproducción en cautividad
Si bien el futuro de las
especies pasa por la preservación de sus hábitats, en un momento dado, la cría
en cautividad puede resultar una valiosa herramienta de gestión. Por ello
ejemplares irrecuperables de especies con alto grado de amenaza se mantienen en
las mejores condiciones posibles para intentar con ellos la reproducción. De
esta forma el Cabildo de Fuerteventura dispone en La Oliva de una pareja y otra
en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, en Gran Canaria, entre
quienes desde hace varias décadas se mantiene una estrecha colaboración. Amplios
y tranquilos jaulones donde ubicar cajas que puedan utilizarse como “nidos” se
habilitan para albergar a los guirres ya emparejados.
Obedeciendo a los mismos instintos
y fechas que en la naturaleza se producen las cópulas y las puestas. En las
últimas temporadas ambas parejas han realizado puestas que por diversas razones
no habían generado nacimientos. Pero esta pasada primavera tras una puesta
fértil y una incubación artificial se
produjo el primer nacimiento de
un pollito de guirre en Gran Canaria.
Puesta y nacimiento
En la temporada 2013, tras casi
una década de infructuosos intentos, se consiguió en Tafira una puesta fértil.
El huevo, dado que la madre era propensa a romperlos, se trasladó a incubadora.
En el período de incubación se introdujeron importantes cambios con respecto a
la realizada la temporada anterior.
Los cambios citados supusieron
una notable mejora y el proceso de incubación pareció ir muy bien desde el
principio. Finalmente el día 19 de junio, con unos tres días de antelación con
respecto a la fecha prevista, nace en el CR de Tafira un pollo en perfecto
estado.
Al nuevo guirre le bautizaron
Tamarán como el nombre aborigen de Gran Canaria, la isla que le vio nacer y
donde su especie se extinguió desde la década de los 80 del pasado siglo.
De una maqueta plastificada a un padre de verdad
El proceso de cría se inició a
mano, primero ayudados por unas pinzas y luego, a partir de la primera semana,
con una maqueta a la que el ingenuo pollito confundía con su madre. Finalmente,
hacia las dos semans de vida, el pollo comenzó a comer solo.
Al principio, comía cada 4
horas, con solo un descanso de 10 horas nocturnas. Para cada comida había que
sacrificar una pequeña cría de rata, recién nacida los primeros días y luego gradualmente
cada vez más grandes. Tras haberse criado los primeros días en condiciones
controladas de humedad y temperatura, pasar al pollo al ambiente exterior
suponía un momento delicado. Con apenas dos semanas de vida, se procedió a
colocar el pollo en un cajón nido, situado en el gran jaulón, frente a la
plataforma donde sus padres se aparearon en los meses anteriores. El cajón
estaba separado de los padres por una reja. Para protegerlo de las bajadas de
temperatura que se producen en Tafira por las noches y, especialmente, al
amanecer, se colocó en el suelo una gran cantidad
de lana de oveja. El pollito
amanecía cada día acurrucado y bien caliente, sumergido dentro de su mullido
colchón.
En días posteriores, el
ejemplar adulto se aproximó al cajón nido. El pollito, al relacionarlo con la
maqueta que le había alimentado durante la última semana, le piaba pidiendo
comida. Con gran solicitud el macho se fue a buscar trocitos de carne y se los
acercó al pollo, intentando entrar a pesar de la existencia de la reja. Se
había conseguido implicar al macho con su hijo y este macho era todo un experto
criador tal y como había demostrado durante años en el Barranco de Vallebrón en
el norte de la isla de Fuerteventura. Desde entonces, el macho no se separó de
su hijo hasta que fue trasladado a Fuerteventura, para su liberación.
Tamarán vuela libre
En la tranquilidad de las
montañas del Macizo Central de Fuerteventura, a la vez que bien protegido y vigilado,
Tamarán pasó las últimas semanas en cautividad.
Tras su liberación en las
llanuras majoreras, Tamarán se ha incorporado al mayor agrupamiento de guirres
de Fuerteventura y vuela libre, cada día más lejos, explorando su nuevo mundo.
El pequeño emisor que porta en las plumas de su dorso permitirá su seguimiento
por parte del equipo de biólogos de la Estación Biológica de Doñana, que colabora
con el Cabildo de Fuerteventura. En los próximos años irá cambiando el color de
su librea resultando cada vez más blanco. Ojalá y, llegada la madurez, sea
capaz de establecerse en un territorio y reproducirse, lo que constituye el fin
último de su crianza y liberación.

