La cría del guirre alcanza los 35 pollos nacidos entre Lanzarote y Fuerteventura, el doble de hace dos años

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La campaña anual de seguimiento que realiza la Estación Biológica de Doñana en colaboración con el Cabildo majorero ha detectado también 6 nuevos territorios colonizados por parejas jóvenes


19 de julio de 2014

La recuperación de la población del guirre (Neophron percnocterus majorensis), especie de alimoche en peligro de extinción que habita exclusivamente entre las islas de Fuerteventura y Lanzarote, continúa en parámetros positivos.

A sólo una semana de concluir la campaña de seguimiento que realiza durante seis meses la Estación Biológica de Doñana con la colaboración del Cabildo, se confirma el incremento de la tasa de productividad registrada durante la época de cría, con 35 pollos nacidos en 2014.

Otra novedad importante de la presente campaña es la ocupación de seis nuevos territorios –término que alude a la zona donde anida una pareja reproductora- con respecto al año anterior, cinco en la Isla majorera y uno en la conejera. El total de puntos de nidificación en Canarias se sitúa así en 59, 54 en Fuerteventura y otros 5 entre Lanzarote y el Archipiélago Chinijo. Cabe recordar que antes del proyecto del guirre, en 1998, la especie se acercaba peligrosamente a la extinción con una población en libertad de sólo 150 ejemplares, adscritos únicamente a la Isla de Fuerteventura, y con apenas una veintena de parejas reproductoras.

"Los datos son realmente positivos. Desde que el Cabildo inició el proyecto del guirre en 1999 hasta ahora, nunca se había superado la treintena de pollos nacidos y con altas probabilidades de supervivencia, como ha ocurrido este año", declaró Natalia Évora, consejera de Medio Ambiente de la institución.

La consejera afirma que "la recuperación de la especie en Fuerteventura es un hecho incontestable, hasta el punto de estar la población extendiéndose a la Isla de Lanzarote. Tanto aquí como allí se están formando nuevas parejas, y, a pesar de ser una especie de ave que necesita de la experiencia y el aprendizaje para salir adelante, está ocupando territorios no utilizados hasta ahora, e incluso, entre los nuevos nidos, en uno de ellos se ha criado un pollo con éxito".

La colaboración y entrega de la dirección y el personal de campo de la Estación Biológica de Doñana durante todos estos años, dijo Évora, "ha sido fundamental para poder alcanzar una población actual de más de 250 individuos vivos y en libertad".

La consejera valoró unos datos que vienen a confirmar la estabilidad de la población del guirre en Fuerteventura y su expansión hacia la Isla de Lanzarote en los últimos años, circunstancia que ya adelantó el director del proyecto, José Antonio Donázar, durante la última Conferencia Atlántica de Medio Medio Ambiente organizada por el Cabildo.

Si durante la última década el número de pollos volanderos se ha situado en torno a la veintena, en 2013 fueron 26 las crías que salieron adelante y abandonaron con éxito sus nidos, de manera que los 35 pollos que han alcanzado la fase final de la presente época de cría auguran también unos resultados enormemente positivos. Estas cifras evidencian que se ha superado definitivamente la excepción de 2012, en que la tasa de supervivencia en la cría registró un bajón repentino, situándose en 17 pollos.

"Esto no significa –añadió la consejera- que todo el trabajo esté hecho". El proyecto LIFE Conservación del Guirre (2004-2008) identificó claramente las amenazas que impedían la supervivencia de la especie, como eran las electrocuciones en tendidos eléctricos, el uso de venenos en el medio, las molestias humanas en las áreas de nidificación o la reducción en la disponibilidad de alimento.

Aunque las medidas aplicadas consiguieron reducir enormemente la mortalidad, "muchas de esas amenazas siguen estando ahí y por lo tanto es necesario mantener la colaboración entre las administraciones, la comunidad científica, la población local y los sectores ganadero, agrícola y turístico para asegurar la supervivencia de este animal que, junto a la hubara, es el símbolo natural de Fuerteventura en el mundo".

Los últimos datos se conocen al término de la campaña anual de seguimiento de la población del guirre que desarrolla el personal de la Estación Biológica de Doñana, dedicando cada año los meses de junio y julio al anillamiento de los pollos. Este centro de investigación dependiente del CSIC ejecuta el proyecto del guirre que se extiende durante seis meses ininterrumpidos, en el marco de un convenio de colaboración con el Cabildo de Fuerteventura.


Campaña de anillamiento

El personal de la Estación Biológica de Doñana dedica cada año los meses de junio y julio a la campaña de anillamiento y control de pollos de guirre resultantes de la época de reproducción en Lanzarote y Fuerteventura.

Las tareas realizadas en este periodo comprenden la captura y marcaje de individuos, el control de los territorios y el seguimiento del proceso reproductor, el seguimiento de los ejemplares radiomarcados, el monitoreo de las zonas de agregación nocturna y alimentación, y la búsqueda de cadáveres de guirres para incrementar datos sobre las tasas de mortalidad y sus causas.

Tras recorrer los 54 territorios censados entre las dos islas orientales de Canarias en la campaña anterior, y localizar otros cinco nuevos, el equipo de Doñana ha visitado hasta ahora 30 nidos y anillado 32 pollos. Se encuentra a la espera de confirmar la próxima semana el buen estado de los últimos dos pollos nacidos para proceder a su anillamiento.

El anillamiento es la operación final de la campaña, pues se programa para el momento en que los pollos han alcanzado un estado de madurez suficiente que les permita convertirse en volanderos y abandonar definitivamente el territorio, iniciando así su vida en el medio natural de manera independiente.

Esta operación consiste en marcar a cada joven ejemplar con una anilla de plástico en una pata que permite identificar a cada individuo en vuelo a una distancia de hasta 200 metros, y con una anilla metálica en la otra pata, más resistente y útil en caso de muerte o desaparición del individuo. Además, se realiza en este proceso una toma de medidas biométricas a cada ejemplar (peso, mediadas de pico, ala, etc.,) y una toma de muestras biológicas de sangre y de los restos del cascarón, si los hubiera.

Otro dato interesante recabado en esta última campaña está relacionado con los territorios ya ocupados en temporadas anteriores, en los que se ha identificado a un número significativo de nuevos ejemplares establecidos. Desde Doñana señalan que "por desaparición de uno de los dos componentes de la pareja, o por otras causas, lo cierto es que se está produciendo un proceso de renovación de los individuos reproductores gradual pero constante, lo cual es fundamental para la dinámica de la población", declaró Juan Ramírez, que junto a Julio Roldán conforma el actual equipo de seguimiento de Doñana.

Además, con el seguimiento de los distintos ejemplares realizado por observación, por seguimiento por radiocontrol, y con la introducción en este último año de diez nuevos dispositivos de seguimiento por GPS –que ofrece datos minuciosos de la altitud de vuelo, velocidad, aceleración…- se ha constatado la alta movilidad de la población, con individuos que se desplazan asiduamente entre Fuerteventura, Isla de Lobos y Lanzarote.

Con respecto a los seis nuevos territorios, cabe destacar que cinco se localizan en Fuerteventura (en la zona norte, en Tarajalejo, en Tuineje y en Pájara), y uno en Lanzarote. En territorio conejero sigue creciendo el número de parejas establecidas, alcanzado este año la cifra de cuatro, más otro territorio establecido  desde hace varios años en la reserva natural del Archipiélago Chinijo, en Alegranza.

Sirva como ejemplo para ilustrar el estado de la población del guirre los 150 ejemplares que sobrevivían únicamente en Fuerteventura hace quince años, con sólo 21 parejas reproductoras, frente a los alrededor de 250 ejemplares que puede haber en estos momentos (los datos exactos de censo se conocerán a finales de año), con 59 territorios localizados entre Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza, y el significativo éxito reproductor en este último año.

Aunque la convivencia entre el ser humano y el guirre es posible, como se ha constatado en Fuerteventura y podría concienciarse también en mayor medida en Lanzarote, desde la Estación Biológica de Doñana se incide en que todavía se pueden reducir las molestias humanas en la población de la especie, especialmente durante los meses críticos de la reproducción

Según las posibles molestias detectadas en cada nueva campaña, el Cabildo y Doñana se coordinan para intervenir desde el cuerpo de Agentes de Medio Ambiente para los casos en que se hace necesario una acción inmediata, o planificando en otros casos medidas educativas y de concienciación. Estas se dirigen a establecer protocolos de convivencia con colectivos como las asociaciones de senderistas, empresas turísticas, particulares y ganaderos.


El guirre

La subespecie canaria de alimoche fue incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, en la categoría de máxima protección: "en peligro de extinción", mediante la ORDEN MAM/1498/2006 de 26 de abril, publicada en el BOE nº 117 de 17 de mayo de 2006. También, está considerada 'EN PELIGRO DE EXTINCIÓN' en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias.

Guirre es el nombre de origen guanche con el que se denomina en Canarias al Alimoche común (Neophron percnopterus). Es la única especie de buitre que vive en toda la Macaronesia. Fuerteventura alberga la población más meridional en la Unión Europea y la única perteneciente a la subespecie canaria (N. p. majorensis).

Única rapaz carroñera de Canarias, beneficiosa para el hombre, ya que, limpia el campo de animales muertos, evitando así la propagación de enfermedades, la contaminación de las aguas.

En Fuerteventura tiene además una gran importancia cultural. Muchas leyendas sobre este pequeño buitre, transmitidas por la tradición oral desde hace siglos, evidencian la consideración de ave sagrada que, sin duda, tuvo entre "los majos" antes de la llegada de los primeros europeos. Una de ellas, relacionada con el mito del Ave Fénix, asegura que cuando sienten la muerte, vuelan hacia el cielo y se desvanecen en el aire.

En el resto de las Islas, donde históricamente había mayores poblaciones de guirre, la especie se encuentra extinta, a pesar de que tal y como reflejaron los naturalistas de los siglos XVII y XVIII, y los viajeros del siglo XIX, su presencia era descrita como muy abundantes y estaba adaptada a la convivencia en el entorno de núcleos poblacionales.