El director del centro de Arte Juan Ismael, Horacio
Umpiérrez, hace balance del funcionamiento de la entidad y desvela los secretos
del centro en la ponencia ofrecida ayer
21 de marzo de 2014
Para cerrar la primera parte del programa de actos por
el décimo aniversario del Centro de Arte Juan Ismael, el director del CAJI desde
el nacimiento de la entidad, Horacio Umpiérrez, hizo ayer balance tras una
década de gestión comprometida, de recopilación y organización del patrimonio
artístico, de trabajo en torno al artista que da nombre al centro, y de
innumerables historias vivencias y
anécdotas.
En el año 1999, siendo ya trabajador del área de
Cultura del Cabildo, Horacio Umpiérrez recibe una nota interna solicitando un
inventario de todo el patrimonio artístico que posee la institución, un trabajo
que había iniciado ya otro compañero del área de Patrimonio Histórico, Loren
Mateo. Se puede decir que "ese fue el origen de la colección artística que
gestiona el CAJI actualmente, pues desde la fundación del centro se le asignó
al centro la tarea de organizar y custodiar este patrimonio".
En cuanto a la aparición del la entidad, se puede
decir que se remonta al año 1999, en que la Corporación insular, tras la muerte
de Juan Ismael, organiza la primera exposición monográfica sobre el insigne
artista, representante majorero del surrealismo.
En octubre de 2003, comienza la andadura del Centro
Insular de Arte Juan Ismael que funda el Cabildo Insular, permaneciendo ligado
siempre al área de Cultura que hoy dirige el consejero Juan Jiménez. En estos diez
años, el centro ha conseguido conformar una importante colección de 144 obras, 38
de escultura pública, y 44 del propio Juan Ismael. Umpiérrez comenta que “en el
CAJI siempre hemos tenido algo parecido al síndrome de Diógenes”, en el sentido
de que “hemos sido muy cuidadosos con todo lo que ha ido apareciendo”, una
frase que da sentido a un colosal trabajo de investigación, pues antes del CAJI
el patrimonio artístico del Cabildo se encontraba disgregado.
“El planteamiento inicial –relata su director- fue hacer
del CAJI un centro que custodiara el patrimonio artístico y asegurar su conservación,
un trabajo compartido con la unidad de Patrimonio Histórico, y también con la
de Patrimonio encargada de las propiedades de la institución”.
Desde el principio, dice, “nos encontramos ante la dificultad
de localizar los archivos y obras. Empezamos a comprender que contábamos con un
fondo más o menos bueno –aunque existen manifestaciones artísticas anteriores,
el Cabildo comenzó a adquirir arte con esa intencionalidad a partir de la
década de 1970-, que había que proteger y que no estaba en malas condiciones, de
manera que la primera acción fue intentar concentrarla, porque la mayoría de obras
estaban por ahí, en despachos y oficinas. Los trabajadores las reconocían como
parte de su entorno, lo que no hizo fácil el proceso”.
Incluso, reconoce, “hubo momentos en que nos
asustamos, porque a veces no era posible saber siquiera si una obra era del
Cabildo, comprada o depositada”. Sin embargo, la recopilación y catalogación
dio sus frutos, un trabajo que además encontró un punto de inflexión cuando
llegó el momento de renovar el concurso público del seguro del Cabildo: “teníamos
que conocer el valor exacto de las obras, y definir bien cuáles eran las
medidas de vigilancia y custodia. Para ello, había que generar un expediente
por obra, saber quién es el autor, de dónde viene, cuánto costó, gestionar los soportes,
analizar las necesidades de restauración…”, una labor que se ha mantenido hasta
ahora.
Para confeccionar la actual colección del centro,
destaca Umpiérrez como hitos básicos las adquisiciones del Cabildo en los años
80 o el circuito canario de artes plásticas que de 1993 en adelante sirvió para
incorporar nuevas creaciones. En la actualidad, señala, "podemos decir que
contamos con una colección que es testigo de los momentos artísticos que ha
vivido Fuerteventura”. Aunque la creación, obviamente, ya existía, y el Cabildo
posee una colección de obras de artistas reconocidos fuera de la isla, Fuerteventura
ha experimentado una pequeña explosión artística en la última década.
Paralelamente al surgir del Centro de Arte Juan Ismael, una generación moderna
de artistas locales y el propio CAJI se han nutrido mutuamente de ideas y
experiencias.
Es por ello que una parte destacada de la colección
actual incluye las obras que se han incorporado a través de las exposiciones
organizadas, destacando entre ellas las de artistas como Toño Patallo, Chus Morante,
Máximo Escobar, Rufina Santana de Lanzarote, Antonio de saa, Ildefonso Aguilar,
Jorge Peteiro, Lolita Rodríguez, Marta Mariño, Felo Monzón, Juan José Gil,
Alfonso Crujera, Ana de la Puente, Nuria Formentí -hoy en día retratista de la aristocracia
española-, Pepe Dámaso y su retablo del Atlántico (patera), Santiago Palenzuela,
Greta López Chicheri, las cesiones del Equipo Lento, o el mismo Juan Ismael.
Sobre el artista majorero, asegura Horacio Umpiérrez
que el CAJI ha conseguido confeccionar “un fondo de verdadero interés”,
especialmente tras la adquisición de la colección de Ventura Dorestes, “de seis
piezas, tras una pequeña batalla administrativa”, que se traducen en un total
de una encáustica, 31 dibujos, dos fotocollages y dos pinturas al óleo y arenas
De su legado, comenta una anécdota interesante para
ilustrar por qué Juan Ismael es un artista contrastado: “porque se falsifica, es
un artista de precio medio, que se puede colocar en el mercado y a lo mejor no
tan difícil de copiar como otros”. Se han localizado, dice, unas siete u ocho
falsificaciones. Juan Ismael fue, en su época, “un artista olvidado, y además intencionadamente
por los críticos, debido a su mala relación con ellos. Sin embargo, a día de hoy
se encuentra presente hasta en el Museo Reina Sofía”.
Otro aspecto destacado en la confección de la
colección artística del CAJI ha sido “tratar de establecer una línea entre lo
que es arte y lo que no lo es”, puesto que además de creaciones de contrastada
importancia, bajo la custodia del centro todo han caído elementos de todo tipo,
como los provenientes del concurso Maxoarte, maquetas de proyectos, encargos de
trabajos fotográficos, artísticos o documentales, o la cartelería histórica,
“un trabajo que coordinó el Centro Bibliotecario Insular, o una filmografía que
cuenta con material bastante interesante”.
De cara al futuro, expone la aparición de un Plan Estratégico,
con sus objetivos y los pasos para conseguirlos, elaborado con la conservadora del
CAJi, Catalina Carrascosa. Estos objetivos se traducen en la exposición La Isla
Imaginada I y II, un proyecto que pretender reproducir lo que sería un ideal
museo del arte de Fuerteventura, exponiendo a los artistas que mejor han
plasmado a esta Isla en su obra.
Dentro de La Isla Imaginada, el CAJI ha conseguido
aglutinar en dos exposiciones una colección de obras –ese museo ideal- de
artistas como Manuel Martín González, Pepe Abad, Fernando Álamo, Francisco Rojas
Fachico, Ángel Luis Alday, Monserrat Soto, Jesús Arencibia, Juan Pedro Ayala, Juan
Carlos Batista, Pedro Olivares del Castillo y Manrique de Lara, Juana Fortuny,
Pedro González, Miro Mainou, Rainer Muller, Carlos Matallana, Nuria Messeguer,
Jorge Ortega, Carlos Nicanor, Paco Sánchez o Peter Wher. La Isla Imaginada II,
abrirá sus puertas en las próximas semanas.
La exposición de Horacio Umpiérrez puso ayer el
punto y final al ciclo 'Conferencias, fondos y trasfondos en el arte', organizado
por el propio Centro de Arte Juan Ismael, dependiente de la Consejería de
Cultura del Cabildo que dirige el consejero Juan Jiménez. Este ciclo ha los
últimos meses han pasado María del Carmen Rodríguez Quintana, conservadora del
Centro Atlántico de Arte Moderno de Gran Canaria, María José Alcántara Palop,
directora del Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Lanzarote, y
Alejandro Vitaubet González, director del Centro de Arte La Regenta dependiente
del Gobierno de Canarias.

