17 de septiembre de 2014
La Consejería de
Medio Ambiente del Cabildo continúa con su campaña de Educación Ambiental para
la protección del medio marino, que con ocasión de liberar a una tortuga boba (Caretta caretta) esta mañana reunió en
Las Playitas a unas cien personas, entre turistas y escolares.

La consejera
Natalia Évora asistió a la suelta, donde explicó que, "tras los buenos
resultados de este tipo de acciones durante el verano, hoy se organizó la liberación
de otra tortuga de cara al sector turístico, en este caso en colaboración con
el complejo Playitas Resort". El hotel, a su vez, además de a sus clientes
invitó a los escolares del CEIP Las Playitas.
"Tras varios años de
trabajo divulgativo, podemos decir que sociedad majorera tiene ya un alto nivel
de conciencia ambiental, y de manera especial en lo que respecta a la fauna
marina. Llegados a este punto, extender al ámbito turístico la experiencia de liberar
animales supone elevar la educación ambiental a una nueva dimensión. Los
turistas regresan a sus países portando consigo una experiencia inolvidable, lo
que ayuda a reforzar nuestro posicionamiento como uno de los destinos
turísticos de naturaleza más importantes del país", valoró la consejera de
Medio Ambiente.
El Cabildo de
Fuerteventura considera que en una economía como la majorera, que depende de
unas playas limpias para seguir atrayendo visitantes, es esencial conservar el
medio marino, pues de su buen estado depende una fuente de alimentación en la
pesca, un recurso de riqueza para la observación y estudios científicos relacionados
con los cetáceos, o contar con una amplia y rica biodiversidad de cara a otro
sector deportivo y turístico, como es el submarinismo.
Tortugas marinas
Aunque la tortuga
boba (Caretta caretta) es de los quelonios
marinos el más común en Canarias, en aguas de las Islas también abundan otras
especies como la tortuga verde (Chelonia
mydas), la tortuga laúd (Demochelys
coriacea) o la tortuga carey (Eretmochelys
imbricata).
Por diferentes
circunstancias, estos animales marinos son localizados heridos o muertos a
causa de amenazas como los plásticos, las artes de pesca, la colisión con
embarcaciones o enfermedades naturales, entre otras. En los casos más graves, son
enviados a los centros de recuperación de fauna silvestre de Gran Canaria,
aunque últimamente el Centro de Recuperación de Tortugas Marinas, gestionado
por el Cabildo, ha ganado en importancia y operatividad.
Estas
instalaciones, situadas en el Muelle de Morro Jable, fueron habilitadas para acoger
la etapa inicial del desarrollo en cautividad de las tortugas nacidas en Cofete
durante el Proyecto de Reintroducción de la especie en Fuerteventura,
denominándose durante ese tiempo de manera común la Guardería de Tortugas. Este
proyecto permitió trasladar durante varias campañas anuales miles de huevos de
tortuga boba desde Cabo Verde hasta la Playa de Cofete, donde eclosionaban y
nacían.
El proyecto se
basa en el principio de que las hembras de la especie, una vez alcanzan su madurez
–a partir de los diez años-, regresan a desovar a la misma playa en que nacieron,
como ya ha sido comprobado en experiencias similares desarrolladas en México y
California.
Es por ello que
tanto las nacidas en el marco del proyecto de Cofete como las provenientes de las
colonias naturales en varios puntos del Atlántico conviven durante sus largas
migraciones en las aguas de Canarias por su riqueza en fuentes de alimentación.
Los expertos
señalan que las tortugas marinas son reptiles evolucionados durante millones de
años y con fuertes instintos, un hecho que facilita su introducción en el medio
sin verse condicionadas por la interacción con el ser humano durante su etapa
en cautividad.
Las hipótesis
científicas prevén que las tortugas hembra nacidas en Fuerteventura que hayan
sobrevivido puedan regresar a Cofete cuando llegue el momento de poner sus huevos,
recuperando así un fenómeno natural que ya se producía en la Isla hace más de
un siglo (está documentado), y ofreciendo a esta especie amenazada la
posibilidad de recuperar un nuevo hábitat en el que reproducirse.
Recomendaciones sobre fauna marina
accidentada
De manera
general, en caso de avistar una tortuga flotando en el mar se debe comprobar si
está descansando o tiene problemas (lo indican síntomas como sequedad en su
caparazón, algas incrustadas, heridas…).
La colaboración
ciudadana es un factor fundamental en el rescate y atención de las tortugas
marinas y otros animales que aparecen accidentados en las aguas y costas de la
Isla. Llegado el caso de manipular al ejemplar, no se le debe coger por el
caparazón y, para moverlo, hacerlo siempre hacia delante. Hay que tener cuidado
con su pico, uñas y aletas (en caso de mordedura, no tirar hasta que abra la
boca). Una vez atendida, se debe dejar a la tortuga en un lugar fresco y
preferentemente húmedo (con paños o toallas húmedas), y no darle de comer ni de
beber hasta que el personal técnico llegue y recoja al animal. Para su
transporte, se aconseja una caja de plástico acorde al tamaño del animal.
La principal
recomendación en caso de avistar un animal accidentado, marino o de otro tipo,
es siempre contactar con los servicios medioambientales del Cabildo, si es en
horario de oficina con la Consejería de Medio Ambiente (928 - 53 34 27 / 928 –
86 11 15), a cualquier hora del día con la Centralita de la institución (928 –
86 23 00 / 22) o, en cualquier caso, directamente con el teléfono de guardia de
los agentes de Medio Ambiente (626 982 371). En caso de no poder contactar con
alguno de estos teléfonos, existe la posibilidad de llamar al 112.
