Fuerteventura.- La rehabilitación de los aljibes del Veneno y Redondo recupera la cultura del agua en el norte de la Isla

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El nombre del Veneno atestigua la argucia de Coronel de La Oliva que sirvió para defenderse de un ataque corsario, eliminando a todos los invasores, en el siglo XVIII


5 de noviembre de 2014

El Cabildo de Fuerteventura ha emprendido la rehabilitación de un importante referente etnográfico de la Isla, que supone el complejo arquitectónico que integran en el entorno del pueblo de La Oliva los aljibes Redondo y del Veneno.

Materializando esta actuación dentro del Plan de Dinamización Económica dirigido a pequeñas y medianas empresas, y que en su última dotación de créditos cuenta con una inversión global de 800.000 euros, la Corporación Insular rehabilitará durante el próximo mes estas estructuras desde un punto de vista técnico, pero también desde la perspectiva de la interpretación y la divulgación de historia de la Isla.

Tanto el Aljibe del Veneno como el Aljibe Redondo, así como el edificio de depósitos de decantación,  son testigos de la antigua cultura del agua en Fuerteventura, que la historia de la Isla ha dejado a la posteridad para recordar las soluciones adoptabas por la población para aprovechar al máximo el agua disponible, antes de la llegada de las modernas desaladoras.

Las obras a realizar se  centran en la rehabilitación por parte del Cabildo de este complejo que obra en manos de las administraciones –actualmente en las del Ayuntamiento de La Oliva- desde la época colonial. La actuación continúa en la línea municipal para establecer un área recreativa en esta zona. Junto a la concejala Omaira Saavedra, la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales, visitó estas obras que calificó como de "importancia crucial para interpretar y divulgar el conocimiento de nuestras antiguas costumbres, y reflejar el ingenio de nuestros antepasados para recoger el agua de lluvia y repartirla entre todos los habitantes".

Esta inversión del Cabildo se enmarca en el plan de dinamización por el que el Cabildo, en su última partida, invierte 800.000 en obras acometidas por pymes alrededor de toda la Isla. El consejero Pedro Martínez, titular del área de Servicios en el Cabildo, indicó que "este último plan incluye una treintena de actuaciones de todo tipo, que ejecuta en todos los casos pequeñas empresas del sector servicios con el objetivo principal marcado desde esta institución, que no es otro que generar empleo".

Además en este caso, añadió Martínez, se adoptan todas las medidas necesarias para hacer posible la visita a las estructuras con total seguridad, y conservando al mismo tiempo la identidad y tipología arquitectónica de los aljibes.

Veneno contra los corsarios. El nombre de Aljibe del Veneno se remonta al siglo XVIII, haciendo alusión a lo acaecido en relación a un desembarco pirata en El Cotillo. Como recoge el historiador Carlos Vera en un artículo publicado en la revista La Bocaina, el Coronel de la época, alertado de la situación y sabedor de que el primer punto de abastecimiento era este depósito, ordenó verter veneno en el agua con la esperanza de que bebieran los corsarios. Así ocurrió, dándose muerte a todos los invasores y quedando ese nombre para el resto de la historia.
 

Historia del agua. Aljibe Redondo y Aljibe del Veneno

Situados en el entorno del pueblo de La Oliva, actualmente en la travesía de la carretera hacia El Cotillo junto al caserío conocido como La Orilla, este conjunto de dos aljibes es una de las mejores muestras del esfuerzo e ingenio que han derrochado los pobladores de Fuerteventura para adaptarse al medio árido y optimizar el aprovechamiento de los pocos recursos hídricos que ofrece la isla.

El conjunto consta de un depósito subterráneo, el Aljibe Redondo –estructura cubierta de planta circular, de 20 metros de diámetro y entre 8 y 10 de profundidad, y rodeado de anchos muros de mampostería de piedra del lugar y una mareta de menor tamaño-, un molino de viento ya desaparecido que extraía el agua del aljibe y la elevaba hasta el edificio que acoge el sistema de decantadores con el fin de filtrar el agua, y un segundo aljibe llamado Aljibe del Veneno.

Su pervivencia hasta nuestros días es un bello ejemplo arquitectónico, etnográfico y cultural representativo de los múltiples aljibes, caños, maretas, alcogida, albercas… que se encuentran dispersos por todo el municipio. Según recoge el proyecto del Ayuntamiento, los datos han sido obtenidos del Archivo Municipal y gracias a la colaboración de los vecinos Pedro Carreño y Antonio Cabrera.

Tanto el aljibe Redondo como el del Veneno son de propiedad municipal desde tiempos inmemoriales y fueron habilitados para suministrar de agua al pueblo de La Oliva, sobre todo en los periodos de escasez. Esta zona fue rehabilitada en el año 1.951, a través de una subvención de la Dirección General de Regiones Devastadas de 400.000 pesetas y otra cuantía menor aportada por el Ayuntamiento. Las obras consistieron en el techado del aljibe Redondo, la instalación de un molino y la colocación del filtro para el agua, llevadas a cabo por la empresa Entrecanales.

El informe municipal recoge como "los vecinos recuerdan a un empleado del Ayuntamiento, casi siempre el guindilla, que era el que a una hora determinada del día, normalmente sobre el mediodía, distribuía el agua, pudiendo llevar una cantidad de acuerdo con los miembros de la familia y que se iba pagando a un precio estipulado, tan pronto como se te llenara el recipiente. Las gentes del pueblo aparecían a la hora prevista y el suministro se hacía por orden de llegada. Llenaban todo tipo de envases: barricas, garrafones de cristal, latas, cacharros y baños; unos se cargaban en las bestias (burros y camellos); y  el resto los cargaban las mujeres sobre la cabeza, poniéndose entre la cabeza y el envase un rólete hecho con telas para atenuar el daño producido por el contacto. A este rólete se le dominaba el ruedo".

El aljibe Redondo junto al del Veneno, son de propiedad municipal desde tiempos inmemoriales y fueron habilitados para suministrar de agua al pueblo de La Oliva, sobre todo en los periodos de escasez. Esta zona fue rehabilitada en el año 1.951, a través de una subvención de la Dirección General de Regiones Devastadas de 400.000 pesetas y otra cuantía menor aportada por el Ayuntamiento. Las obras consistieron en el techado del aljibe Redondo, la instalación de un molino y la colocación del filtro para el agua, llevadas a cabo por la empresa Entrecanales.


Plan de dinamización y empleo

El Cabildo de Fuerteventura, a través de la coordinación de diversas Consejerías, invierte alrededor de 800.000 euros en una treintena de proyectos de obras de los que se benefician también una treintena de pymes del sector de la construcción, limpieza de espacios naturales y recuperación paisajística de toda la isla. Algunas de estas actuaciones ya están en proceso de ejecución, el resto comenzará de forma inmediata durante los próximos días.

La treintena de proyectos contratados incluyen actuaciones como: Carril peatonal en el acceso a Casillas de Morales, barreras de seguridad en accesos a Agua de Bueyes, embellecimiento zona Los Alares (Antigua); paredes de piedra antiguo camino Betancuria, acceso camino del Diablo a Valle Santa Inés, Poda y Limpieza (Betancuria); Rehabilitación paseo  peatonal El Roque – El Cotillo, rehabilitación antiguos depósitos de agua de La Oliva, proyecto Plaza de La Caldereta (La Oliva); Equipamiento público en La Pared, zona recreativa Toto, acondicionamiento Aula de la Naturaleza, palmeral de La Lajita (Pájara); embellecimiento fachadas en Puerto Lajas, paredes en Guisguey, puente.
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