La
escritora, antropóloga forense y periodista Marina Murai denunció anoche en
Antigua el "tremendo retroceso" del Estado del bienestar en todo el
país. "Se está desmontando a una velocidad impresionante y el laboratorio
está en Madrid, con recortes importantes en sanidad, educación, servicios
públicos y dependencia", dijo durante la presentación del libro Me llamo Nadie. Historia de una mujer invisible, con el
que finalizó su gira nacional relacionada con su primera novela.
"El
sistema se está agotando. La juventud tiene que emigrar fuera del país, los
sueldos siguen cayendo, no hay trabajo y los que disponen de un empleo
comprueban que incrementa la precariedad y la jornada laboral. La globalización
ha descompuesto el supuesto equilibrio existente y Europa se tambalea. No es
gratuito que las economías emergentes se encuentren en Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica, donde los costes de producción son bajísimos, los salarios
son ridículos y las condiciones laborales son lamentables".
Ante
este panorama desolador, mostró su "optimismo" y a la
"esperanza", pero apeló a
"pelear" por un "mundo mejor" para que las próximas
generaciones "vivan en las mejores condiciones". "Es un tiempo
histórico único, totalmente desconocido, y de esta crisis también saldrán
apuestas muy interesantes para salir adelante", matizó, aunque para ello
"será necesario una revolución social", sumándose a movimientos
ciudadanos como el 15-M o estableciendo el "compromiso" de
"involucrarse" para mejorar esta situación desde distintas
disciplinas y en diferentes etapas de la vida.
Marina
Murai mantuvo una charla con los lectores sobre su primera novela, publicada
por la editorial canaria Ediciones Idea, una obra coral, con un poco de muchas
cosas a un tiempo. Porque la crónica de viaje, el reportaje periodístico, el
trabajo etnográfico, el diario e, incluso, el género epistolar, conviven con
naturalidad en estas páginas de calado profundo y que tratan de arañar nuestras
conciencias. La novela, contada a través de dos focalizadores para dar mayor
dinamismo, se puede leer de tres maneras: independientemente, en función de dos
tipografías diferentes, o de principio a fin.
Además,
representa un grito desesperado a favor de la visibilidad de millares de
personas en nuestros días, pero también es una cruel metáfora de sus vidas
naufragadas, de la memoria, el olvido y de la Historia.
Dos
sorprendentes historias se funden magistralmente en esta novela como un
complejo puzle al que no le falta ni una sola pieza. De un lado, el viaje a
India de una reputada científica española y, de otro, las peripecias de una
cualificada profesional india, afincada en Suiza.
Una de las
historias discurre primero en Chennai y, posteriormente, en las plantaciones de
té en los Nilgiris, en India. La
protagonista es una científica social que viaja para cubrir una sustitución en
un instituto español y para trabajar en proyectos de ayuda al desarrollo. Una
vez allí, se dará cuenta de que la realidad que subyace a la mayoría de los
proyectos humanitarios en ese país deja mucho que desear y vivirá una serie de
experiencias que poco o nada tenían que ver con sus contactos iniciales antes
de partir de España.
En la otra
historia, que discurre en Berna (Suiza), la protagonista es una reputada
profesional india que, tras conseguir el trabajo soñado mediante un disputado
concurso público, debe luchar contra la multitud de intrigas que se tejen en su
entorno laboral y el permanente mobbing
del que es víctima. Un buen día, sin más, la despiden y poco a poco irá
perdiendo algo más, al tiempo que se vuelve ‘invisible' hacia los demás.
Precisamente,
y en relación con seres "invisibles", Marina
Murai refleja en la obra el caso estremecedor de las mujeres indias en zonas
rurales, donde a las niñas enfermas las sacrifican a la diosa Mathamma, convirtiéndolas en prostitutas para el resto de su vida. Se
trata de una práctica "aberrante" establecida en este caso a través
del hinduismo.
La
escritora señaló que la obra está basada en "historias reales" y que
constituye un trabajo de investigación social y de documentación con más de 50
mujeres durante ocho años. Pero entre estos recorridos de
"supervivencia" y "adaptación" al medio, se despliega
también el humor y la risa, inherente al género humano. "Se trata de un
ejemplo novelado de nuestros días y por eso creo que ha sido reconocida
internacionalmente", señaló la autora, que ha pretendido "inducir a
la reflexión". El profesor Abraham Madroñal ha comparado la obra con Nada, de Carmen Laforet.
.La alcaldesa
de Antigua, Genara Ruiz, y la concejala de Cultura, Bárbara Évora, destacaron
el "perfil humano", la "gran trayectoria profesional" y el
"compromiso social" de la antropóloga, periodista y escritora de
Marina Murai, a quien agradecieron su predisposición para cerrar la gira nacional
de la presentación del libro en el municipio. La iniciativa, impulsada por la
Corporación, contó con la colaboración del Hotel Rural Era de La Corte.
