Fuerteventura.- El CAJI reúne las obras inspiradas en la isla más significativas de autores contemporáneos

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Los artistas reflejan en esta exposición colectiva sus planteamientos estéticos, pero siempre muy ligados al debate social de actualidad
'Fuerteventura, isla imaginada II' abrió anoche sus puertas en el Centro de Arte Juan Ismael y se podrá visitar hasta el 31 de mayo


11 de abril de 2014
El Centro de Arte Juan Ismael (CAJI) recoge hasta el 31 de mayo una excelente colección de obras inspiradas en la isla de autores contemporáneos. La inauguración oficial de la exposición 'Fuerteventura, la isla imaginada II', que tuvo lugar anoche, se transformó en un foro de debate artístico-social donde la mirada de los creadores regresaba a sus obras cual reflejo tras impregnarse de actualidad: construcción, tradiciones, turismo, petróleo…
La apertura de esta segunda entrega de la exposición colectiva 'Fuerteventura, isla imaginada' contó con más de medio centenar de personas. La visita guiada del director del CAJI, Horacio Umpiérrez, y del comisario de la exposición, Carlos Díaz Beltrán, realzó los valores cultural y reivindicativo de cuadros, esculturas e instalaciones.
En este contexto, el presidente del Cabildo, Mario Cabrera, habló del papel social del CAJI. "Hace diez años que nació este centro y fue gracias a los propios artistas; hoy sigue activo gracias a ellos y a los ciudadanos, que lo han afianzado como un referente de debates de actualidad como el que enfrenta a energías del pasado con opciones de futuro".
El consejero de Cultura, Juan Jiménez, dijo de esta muestra colectiva con más de cien obras en sus dos entregas que "representa la heterogeneidad autores, épocas y tendencias artísticas que a lo largo de los siglos han dejado constancia de su sensibilidad hacia Fuerteventura, una isla cosmopolita y hospitalaria de tierras secas bañadas de la luz azul del Atlántico que le confieren su desolado esplendor".
Las obras de esta segunda exposición de 'Fuerteventura, isla imaginada' pertenecen a Alberto Sánchez, Ángel Padrón, Carlos Calderón Yruegas (Solrac), Carlos Matallana, Carlos Nicanor, Carlos Rivero, Chus Morante, Elvira Isasi, Gabi Roca, Greta Chicheri, Ithaisa Montesdeoca Gil, Javier Camarasa, Jorge Ortega, José Luis Pérez Navarro, Juan López Salvador, Juan Pedro Ayala, Juana Fortuny, Julio Blancas, Klaus Berends, Loren Mateo Castañeyra, Luis del Pino, Marta Mariño, Nacho Criado, Nuria del Pino, Nuria Meseguer, Raúl Castejón, Sagrario Cabrera, Santiago Palenzuela, Silverio López, Tony Gallardo, Toño Patallo, Yapci Ramos, Bárbara Help y Zebenzuí Armas.
Cada artista ha tomado o interpretado de la isla lo que le era afín, o lo que creyó útil para su poética.
A lo largo del tiempo Fuerteventura ha sido representada o imaginada en pinturas y dibujos. Hasta la segunda mitad del siglo XX son apuntes de viajeros, cartografías y grabados; o retratos de sus conquistadores y coroneles.
Una de las primeras visitas de un pintor profesional a la isla fue la de Martín González en los cincuenta. El gran paisajista tinerfeño nos deja paisajes de Tuineje, La Oliva, Casillas del Ángel, de la Vega de Tetir y Tarajales.
En 1967 llega Máximo Escobar que siente "una atracción irresistible por esos paisajes nuevos, extensos y desnudos… comprendí que aquel silencio, aquella serenidad era lo que necesitaba mi espíritu". De ese idilio entre naturaleza y hombre nacen más de treinta cuadros que expone en las fiestas patronales de Puerto del Rosario.
A partir de los setenta ya es habitual la presencia de artistas como Miró Mainou, el renovador del paisaje canario que pinta sus dunas y playas. En 1970, Jesús Arencibia, que ya en 1955 había pintado una Tindayera, empieza la serie Fuerteventura, isla de Zurbarán. "Su paisaje es místico, fantástico y patético".
Fuerteventura, la isla imaginada no ambiciona ser un inventario de todas las obras de arte inspiradas en Fuerteventura, sino una primera tentativa de aproximación a ese legado. Un imaginario visual sobre la isla que, en la última década, desde la inauguración del Centro de Arte Juan Ismael, no para de crecer.