- La iniciativa de Cultura, que
fue un éxito de organización y participación, reunió a amantes del firmamento
de diferentes islas y de varias localidades de la Península
Cerca de 200 personas de diferentes islas y
de varias localidades de la Península disfrutaron anoche de la contemplación de
la lluvia de estrellas de Las Perseidas, conocidas popularmente como “Lágrimas
de San Lorenzo”, realizada en el poblado aborigen de La Atalayita, cerca del
pueblo de Pozo Negro. La observación astronómica con dos telescopios motorizados,
organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Antigua, fue un
éxito de participación en un lugar idóneo para los amantes del firmamento.
La actividad contó con la colaboración y el
asesoramiento de Enrique de Ferra Fantín y César Piret Ceballos, pertenecientes
de la asociación Amigos de la Astronomía de Lanzarote “Arturo Duperier”, al tiempo que sirvió para
valorar el patrimonio astronómico y arqueológico del municipio y conocer uno de
los espacios más interesantes de la cultura aborigen majorera.
Tras
una breve explicación sobre la actividad, los participantes realizaron una
caminata de unos 25 minutos desde la zona de El Saladillo hasta el
poblado de La Atalayita. Allí, contemplaron el fenómeno en buenas condiciones de visibilidad e incluso
aprovecharon la oportunidad para disfrutar de las estrellas fugaces tumbados
en colchonetas, con el objetivo
de tener una posición más cómoda durante la observación. La ocasión era única para
volver a descubrir nuestro cielo nocturno.
La concejala responsable
del área de Cultura, Bárbara Évora, destacó que la lluvia de meteoros “es un espectáculo
único para disfrutar en el periodo estival, con explicaciones sobre el fenómeno
y en el marco incomparable de La Atalayita, uno de los yacimientos más
importantes de la Isla”.
Igualmente, valoró la “capacidad
de la convocatoria” y la “gran acogida” de la actividad divulgativa, “que congregó
por tercer año consecutivo a niños, jóvenes y adultos de diferentes islas, de
varias localidades de la Península y de otros países”. Para participar en la
caminata y en la observación astronómica llegaron personas procedentes de
Antigua, Morro Jable, Corralejo, El Cotillo, Puerto del Rosario o Gran Tarajal,
además de visitantes de Madrid, Bilbao y Zaragoza, que se encuentran de
vacaciones en la Isla, y asistentes italianos y franceses, entre otros.
Évora agradeció la
“respuesta” de los participantes y la “implicación” de Enrique de Ferra Fantín
y César Piret Ceballos,
pertenecientes de la asociación Amigos de la Astronomía de Lanzarote “Arturo
Duperier”, que cautivaron
a los asistentes con sus explicaciones didácticas y amenas.
La Vía Láctea y Saturno con sus anillos fueron
los protagonistas de la noche, además de algunas de las maravillas del cielo
del verano, como el bonito cúmulo abierto de Tolomeo, que resulta visible a
simple vista gracias a las buenas condiciones de oscuridad de la zona. Además,
el escenario fue propicio para el relato de algunas historias mitológicas que
ilustraban los fenómenos contemplados.
Además del planeta Marte, se contempló varias estrellas, como Arturo, la
tercera más brillante del cielo nocturno, o Antares, la más brillante de la
constelación de Escorpio. También disfrutaron con Albireo, una hermosa estrella
doble para las noches estivales, y de Vega, una de las más famosas del
firmamento que se convertirá en “Estrella Polar”.
Igualmente, la iniciativa constituyó una
interesante ocasión para volver a descubrir nuestro cielo nocturno, que tanta
parte tuvo en la vida de nuestros ancestros y que, por su calidad, podría
proporcionar a la isla el reconocimiento de Reserva Starlight.
Lágrimas
de San Lorenzo
Según la tradición, se trata del llanto de los
secuaces de este santo mártir, al verle morir por su fe en Jesús en los
primeros tiempos de la cristiandad.
En términos más científicos, son las partículas
errantes de la cola del cometa 109P/Swift-Tuttle, que, al ser interceptadas por
la atmósfera terrestre, se queman y brillan durante unos instantes. Son
meteoros muy rápidos, con trazos largos y luminosos, por lo que son fáciles de
detectar.
El nombre científico de la lluvia es el de “Las
Perseidas”, debido a que parecen surgir de la constelación de Perseo, el mítico
héroe que, según la tradición clásica, salvó a la princesa Andrómeda de las
fauces del monstruo marino.
