En Fuerteventura La familia Hernández Hernández, Premio Insular de Artesanía 2014








- Productora de objetos de palma y natural de Pájara, ha fomentado el relevo generacional contribuyendo decisivamente a la divulgación del oficio artesanal

La comisión organizadora de la Feria Insular de Artesanía, integrada por el Ayuntamiento de Antigua y la Fundación Colectivo Mafasca, ha decidido otorgar el Premio Insular de Artesanía 2014 a la familia Hernández Hernández, productora de objetos de palma, por fomentar el relevo generacional contribuyendo decisivamente a la divulgación del oficio y evitar su pérdida.


Esta familia, natural de Pájara, se ha dedicado a la artesanía de la palma durante décadas y ha sabido conjugar tradición e innovación. Buena parte de sus integrantes han aprendido desde pequeños los secretos en el manejo de las hojas de palmera y, generación tras generación, constituyen un ejemplo en el mantenimiento y difusión del oficio. Desde el padre, José Hernández Sánchez, pasando por sus hijas María Jesús y Ana Hernández Hernández, hasta sus nietas, como Adriana y las dos Victorias, “tanto la grande como la chica”, como ellos mismos afirman.

“Todo viene de herencia. Mi madre y mi abuela trabajaban en el oficio”, dice José Hernández Sánchez,  que cumplirá 84 años el 3 de mayo, días antes de la celebración de la muestra de referencia regional en Antigua, a la que nunca ha faltado. Será la segunda vez que verá recompensado su trabajo, pero ahora a título colectivo, pues en 1994 obtuvo el Premio Insular de Artesanía por su labor como maestro pedrero, conjuntamente con Lorenzo Quiliano Hernández García.

José destaca especialmente la labor de su madre, Faustina Sánchez, quien hacía petacas para la pesca, serones (alforjas para los burros), seras para dar forma al queso, sombreros y sombreras, esteras, escobas y esportones, utilizados para guardar el grano. Al hablar de ella afloran sus recuerdos,  sobre todo de aquellos duros tiempos en los que la palma “le valió de ayuda para sacar adelante a los chiquillos”.

“Cuando tenía escobas y esteras, cargaba la burra y salía por los pueblos cercanos a vender, sobre todo a Tesejerague, donde más acudía porque mi familia es de allí”, relata el artesano, que la acompañaba cuando era pequeño en sus viajes por distintas localidades del sur de Fuerteventura. En algunas ocasiones, si las ventas iban bien, sacaba “hasta quince pesetas”, aunque por un esportón se pagaba hasta “un duro”.

El productor de objetos de palma recuerda aquella ocasión en la que un tío suyo, natural de Tesejerague, le compró a su madre un esportón tan grande como el tamaño de una habitación, hasta el punto de que tuvo que coserlo desde dentro de la estancia. “Mi tío cogió ese año 150 fanegas de trigo y más de 60 de cebada y solo se dejó un hueco para que el gato pudiese correr detrás de los ratones alrededor del esportón”, comenta.

Hernández define con claridad el proceso de trabajo: “Cortar las palmas, secarlas, deshojarlas, abrirlas y humedecerlas para poder trabajar”, sin olvidar la selección, pues dependiendo de la consistencia de cada hoja se utilizará para hacer una pieza. “Como hay unas hojas más anchas y otras más angostas, hay que igualarlas para que la empleita salga parejita. Además, se debe trabajar en nones, no en pares, para así poderla coser”, especifica el artesano, que ha participado en ferias en Madrid, Alemania, Tenerife y La Palma, entre otros.

María Jesús Hernández Hernández, que trabaja actualmente en el Ecomuseo La Alcogida, confiesa que las primeras nociones del oficio las adquirió de su abuela paterna en una finca de Mézquez propiedad de la familia, doblando hojas cuando apenas contaba con 12 años. Al igual su hermana Ana, su padre ha sido el otro referente familiar en la adquisición de las técnicas necesarias para desarrollar la labor artesanal.

Relata que desde siempre ha creído en la importancia de innovar, especialmente para que las piezas u objetos tengan salida en el mercado, aunque precisa que también es una fiel conservadora de la tradición. De hecho, y dependiendo de las épocas y de los encargos, entre sus creaciones se encuentran los utensilios que fabricaba su abuela, como esteras, seras para el queso o petacas, a los que se añaden sombreros pequeñitos utilizados como elemento decorativo en el coche o bolsos de palma.

La innovación “ha llegado en los últimos años”, especialmente con el auge de las tiendas gestionadas por el Cabildo, incorporando marcadores de libros, adornos florales para los cestos y recuerdos en miniatura, como corbatas, camellitos, broches, etc.

Preguntada por el futuro de este tipo de artesanía, señala la necesidad de que las nuevas generaciones “puedan conocer y aprender el oficio”, y que posteriormente sepan “enfocar” su desarrollo “al ritmo de la vida”. “Puede que no genere muchos puestos de trabajo, pero nos ayudará a seguir tirando”, precisa.

El mar, motivo temático

Antigua celebrará la 27ª edición de la Feria Insular de Artesanía del jueves 15 al domingo 18 de mayo. La comisión organizadora continúa preparando el evento, una cita de ámbito regional en la que artesanos de todas las islas exponen su creativo y minucioso trabajo. La elección de esta fecha se concreta respetando el calendario de ferias artesanales de Canarias.

Ya se ha concretado que el mar será el tema sobre el que girará la edición de este año. Muchos pescadores canarios, como los de Fuerteventura y Lanzarote, han utilizado tradicionalmente ciertas piezas artesanales para la pesca y el marisqueo. Desde las petacas y cestas hasta los punteros de cuerno de cabra que usan en sus cañas de bambú o fibra, accesorios ideales para capturar viejas. Pero también todos los trabajos vinculados con la carpintería de ribera, el arte tradicional de fabricar lanchas, barcas y hasta pequeños barcos de madera.

La Feria Insular de Artesanía se prolonga durante cuatro días, si bien el fin de semana es el que cuenta con mayor asistencia de público. Como viene siendo habitual, la comisión gestora facilita la visita de centros educativos y culturales, asociaciones y centros de mayores de Fuerteventura y Lanzarote. En las próximas semanas se culminarán y se darán a conocer el programa de actos, los eventos musicales y las actividades de entretenimiento que se llevarán a cabo durante los cuatro días.

El evento es un atractivo cultural y turístico para Antigua, recomendado en las guías y folletos promocionales, donde se destaca al municipio como la “capital” de la artesanía majorera, el lugar ideal para conocer las tradiciones, poner en valor el trabajo de los artesanos de todas las islas y apoyar la venta de sus productos. Los datos corroboran su consolidación regional, pues atrae la visita anual de miles de personas. El pasado año se registraron 16.000 visitantes en la muestra.