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Los socialistas majoreros demandan un
mayor número de plazas residenciales de pacientes crónicos y personas
dependientes para la isla.
Con una población de más de 106.000
habitantes censados en la isla, Fuerteventura cuenta únicamente con 75 plazas
sociosanitarias, situándose de este modo la isla, por debajo de La Gomera ó El
Hierro que, con menos población, cuentan con más de 100 y 120 plazas
sociosanitarias respectivamente.
Por ello, y porque el progresivo
aumento de la población está determinando un incremento notable de las enfermedades
crónicas, donde más del 25% de las
personas mayores de 65 años padece más de una patología crónica que requiere
tratamiento, el PSOE de Fuerteventura instará a los distintos Ayuntamientos y al Cabildo de Fuerteventura para que de forma
urgente y coordinada con el resto de las administraciones de Fuerteventura y el
Gobierno de Canarias, se planifiquen
todas las acciones necesarias para aumentar las infraestructuras
sociosanitarias en la isla, en especial el número de plazas residenciales de
pacientes crónicos y de personas dependientes.
Los datos que registra la isla en la
actualidad son apabullantes, en ese sentido,
el 70% del gasto sanitario está asociado a enfermedades crónicas, donde
más del 20% de los enfermos crónicos que acaban en hospitales de agudos,
podrían ser atendidos en hospitales de media-larga estancia o en centros
sociosanitarios (hospitales de día, hospitalización a domicilio o centros de
rehabilitación).
Diversas fuentes calculan que el coste
de una cama hospitalaria de agudos es casi 6 veces superior al coste de una
cama de crónicos.
De este modo, para el PSOE de
Fuerteventura la consecuencia es, entre otras disfuncionalidades, un gasto que
afecta a la sostenibilidad del sistema sanitario, ya que una parte importante de recursos que
deberían atender patologías de alta complejidad que requieren recursos
diagnósticos y terapéuticos avanzados y costosos, se destinan innecesariamente
en tratar patologías ya diagnosticadas que demandan cuidados poco sofisticados.
En resumen, la oferta de recursos
sociosanitarios no sólo beneficia a pacientes crónicos y o dependientes,
también a sus familiares, al sistema sanitario y/o a la sociedad en general.