Ve la luz un documento de interés turístico y
medioambiental de utilidad para recorrer e interpretar el entramado de 21 rutas
y 255 km de senderos oficiales habilitados en toda la Isla
10 de febrero 2014
El Cabildo de Fuerteventura,
desde la Consejería de Medio Ambiente, acaba de finalizar la primera edición de
la topoguía 'Red de Senderos de Fuerteventura GR-131', un documento de enorme
interés turístico y medioambiental que contiene toda la información necesaria
para recorrer y disfrutar del entramado de caminos homologados en la Isla,
sumando un total 255 kilómetros
divididos en 21 recorridos diferenciados.
Para dar a conocer esta
herramienta, intervinieron esta mañana en rueda de prensa el presidente del
Cabildo, Mario Cabrera, y la consejera insular de Medio Ambiente, Natalia Évora,
acompañados de Noelia Sánchez, quien junto a María Castañeyra se ha encargado
de coordinar la elaboración de la topoguía.
Natalia Évora explicó que la
guía "contiene información detallada y mapas sobre cada una de las 21
rutas, pero también una gran cantidad adicional de datos sobre la Isla -situación,
origen, formación, relieve, clima, vegetación y fauna, espacios naturales-, y
como complemento una serie de indicaciones sobre los atractivos culturales y
patrimoniales relacionados con cada sendero, e incluso las leyendas e historias
de carácter etnográfico más interesantes".
Mario Cabrera indicó que la
puesta en marcha de la red insular de senderos fue "un proyecto que
comenzó con fondos propios del Cabildo, y que pudo completarse con financiación
procedente de Europa, que aportó 2,7 millones de euros. Una gran inversión pero
también un enorme esfuerzo de coordinación desde la Consejería de Medio
Ambiente de esta institución que nos ha permitido incorporar un nuevo recurso
de enorme atractivo para la Isla, que además está homologado a nivel
internacional, de manera que turistas de todas las nacionalidades pueden realizar
a día de hoy cualquiera de las 21 rutas siguiendo las mismas indicaciones y
señales que en el resto de senderos europeos oficiales".
Évora y Cabrera coincidieron en
señalar que tanto la red de senderos como su topoguía interpretativa siguen
"en la línea de poner en valor del espacio rural y natural de
Fuerteventura, con la apuesta por un turismo alternativo al sol y la playa y
con la declaración de Fuerteventura como Reserva de la Biosfera. Se despejan
todas las dudas sobre si esta Isla era un destino atractivo para el turismo de
naturaleza. El tiempo nos ha dado la razón y ha demostrado que el
convencimiento por la sostenibilidad, el respeto al medio ambiente, la
promoción de las actividades tradicionales ligadas al sector primario, la
artesanía, los productos de la tierra, y todo aquello que en definitiva nos
identifica, es del agrado de quienes nos visitan", dijo Cabrera.
La consejera añadió que, en
primer término, "para poder hacer oficial esta red, ha sido necesario que
los senderos fueran completamente delimitados y acondicionados, que incluyeran una
precisa instalación de soportes en que se plasme la información de cada
sendero, y una serie de equipamientos complementarios como áreas de descanso,
zonas de paso con barandillas o empedrados en los cauces de los barrancos que
eviten la erosión, etc., un trabajo que se ha realizado concienzudamente con
muy buenos resultados".
Red Insular de Senderos. Topoguía
El entramado de la Red Insular
de Senderos cuenta 255 kilómetros de espectaculares senderos divididos en un
tramo de gran recorrido (GR) que cruza la Isla de norte a sur, y otras 12 rutas
de pequeño recorrido (PR) y senderos locales (SL) que discurren por los parajes
más importantes de la Isla desde un punto de vista natural, paisajístico y
medioambiental.
Toda la señalización, los
paneles informativos y la topoguía se han realizado siguiendo rigurosamente las
directrices establecidas por la FEDME (Federación Española de Deportes de
Montaña y Escalada), puesto que de otra manera no se podría utilizar las marcas
registradas (GR®, PR®, SL®) ni incluir los senderos de Fuerteventura en el
catálogo nacional. El reconocimiento de la federación supone una garantía de
calidad, que abre un abanico de posibilidades de promoción turística y de
revalorización del paisaje rural de Fuerteventura.
La topoguía incluye información
detallada y mapas sobre cada una de las 21 rutas (situación, origen, formación,
relieve, clima, vegetación y fauna), sobre los espacios naturales por los que
discurre cada sendero, e información complementaria sobre los atractivos culturales,
patrimoniales y etnográficos relacionados con cada uno de ellos.
Incluye también un glosario
para interpretar los símbolos de las señales, y una leyenda con los vocablos
locales utilizados (jable, alcogida, gavia…).
Igualmente cada ruta viene definida
con valoraciones sobre su dificultad, información básica como tiempos
estimados, distancias, desniveles, o recomendaciones para el correcto uso de
los senderos.
Primera edición y traducción
La primera edición de la
topoguía ha contado con un millar de ejemplares impresos, que serán
distribuidos entre los sectores profesionales, colectivos de senderistas y
ambientales, centros educativos e instituciones, entre otros. Los pasos
siguientes están ya previstos, y son su traducción a otros idiomas y su puesta
a la venta de cara al público local y turístico.
La topoguía se irá completando
a medida que se amplíen los senderos de la red, anunció la Consejería de Medio Ambiente. La primera
versión del documento en español se encuentra disponible para su descarga en el
siguiente enlace:
La topoguía ha sido editada por
el Cabildo de Fuerteventura, habiendo sido realizado íntegramente por un
conjunto de empresas y personas de Fuerteventura, entre ellos María Castañeyra
y Noelia Sánchez (coordinación y texto), Rosa López (cartografía, con base
cartográfica procedente del Instituto Geográfico Nacional - IGN), Alicia Padrón
(fotografía y tratamiento digital fotográfico), GayriaStudio, S.L. (diseño y
maquetación), Arqueofuer estudios patrimoniales (realización) e Imprenta Gran
Tarajal (Impresión); contando con fotografías de aves de la Unidad de Medio Ambiente
del Cabildo, y fotografías patrimoniales
de la Unidad de Patrimonio Cultural del Cabildo.
Antecedentes
La creación de la Red Insular
de Senderos de Fuerteventura se remonta al año 2009, a partir de un proyecto
ideado y redactado desde la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo
('Recuperación y Mejora de Senderos en Fuerteventura'), que tras ser admitido
por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino fue dotado de una
financiación de 2,7 millones de euros procedentes de los Fondos de Dinamización
de la Economía y el Empleo de la Unión Europea.
La empresa Tragsa fue
adjudicataria del proyecto y se encargó de ejecutar las obras. Durante dos años
se llevaron a cabo los trabajos de acondicionamiento de los 255 kilómetros de
senderos, mientras que en los dos últimos ejercicios se ha procedido a elaborar
la topoguía y a instalar la señalización y los equipamientos.
Una vez finalizadas las obras a
principios de 2013, la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada
(FEDME) –entidad designada por el Ministerio para esta tarea- evaluó los más de
255 Km. habilitados, comprobando que tanto los senderos como sus equipamientos
(áreas de descanso, cartles, señales,
zonas de paso, barandillas, empedrados…), y la señalización (que debe
cumplir una serie de requisitos establecidos relativos a la numeración,
categoría, continuidad, duración estimada, dificultad, distancias, etc.)
cumplían todos los parámetros de calidad necesarios.
La participación del Cabildo ha
sido fundamental en la creación de la Red de Senderos, no sólo como promotor
del proyecto, sino asumiendo el mantenimiento de todos los recorridos
habilitados a través de las Cuadrillas de Medio Ambiente designadas para estas
tareas.
Además, el Cabildo se ha
encargado de elaborar la Topoguía que hoy ve la luz tas cinco años de trabajo.
La homologación definitiva de la red ha supuesto su inclusión en el catálogo
nacional e internacional de senderos oficiales. La Red Insular de Senderos
cuenta con un total de 21 recorrido, divididos en 9 tramos del sendero de Gran
Recorrido (GR-131, según el catálogo nacional) que recorren toda la Isla de
norte a sur, 6 rutas de pequeño recorrido (PR) y otros 6 senderos locales (SL).
TOPOGUÍA DE LA RED INSULAR DE SENDEROS
El GR-131 forma parte de un
sendero de carácter internacional que atraviesa la isla de Fuerteventura, de
norte a sur, desde Corralejo hasta la Punta de Jandía, incluido el Islote de
Lobos.
A lo largo de sus,
aproximadamente, 255 kilómetros repartidos en etapas o grandes recorridos (GR),
pequeños recorridos (PR) y senderos locales (SL), la presente ruta irá
mostrando al visitante una singularidad paisajística y cultural.
Mientras que en muchos lugares
del mundo deben suspenderse las actividades al aire libre durante el invierno,
la eterna primavera de Fuerteventura hace posible la práctica de todo tipo de
deportes, así como el contacto con la naturaleza durante todo el año.
Tanto la señalización de todo
el recorrido como la edición de esta topoguía, pretenden favorecer la práctica
de actividades, deportivas y recreativas, en un entorno completamente natural.
Situación
Situada en el sector oriental
del Archipiélago Canario y a tan sólo unos 100 kilómetros de la costa africana,
Fuerteventura es la isla más extensa de su provincia y la segunda de Canarias,
tras Tenerife.
Al noroeste y a tan sólo 2
kilómetros se halla la Isla de Lobos, un pequeño enclave natural donde comienza
su andadura el GR-131.
Origen, formación y relieve
Según diversos autores,
Fuerteventura es la isla más antigua de todo el archipiélago. Cuenta con una
edad aproximada 23 millones de años y ha experimentado numerosas erupciones
volcánicas a lo largo de su historia geológica, por lo que se caracteriza por
la variedad de sus formas y materiales. Algunos de estos materiales pertenecen
a las primeras etapas de formación de la isla y tendremos oportunidad de
observarlos en el Macizo de Betancuria.
El relieve actual se encuentra
en un estado de madurez avanzada. Los intensos procesos erosivos han
desmantelado y erosionado fuertemente las tierras de Fuerteventura,
convirtiéndola en una isla con extensas planicies y muy poco accidentada. Su
altura máxima la alcanza el Pico de la Zarza, con 807 metros.
En la antigüedad fue conocida,
entre otros nombres, por “planaria”, lo que revela que es una isla donde
dominan los grandes espacios planos.
Clima
Fuerteventura se caracteriza
por una acusada aridez debido tanto a su localización geográfica, como a la
poca entidad de su relieve. La sequedad es muy acentuada pues, debido a su baja
altitud, los vientos alisios pasan de largo sin apenas dejar precipitaciones.
Únicamente Jandía y Betancuria presentan diferencias con respecto al resto de
la isla, ya que las formaciones
de nubes son más frecuentes al
ser los lugares que albergan las
mayores alturas.
La aridez de la isla se ve
acentuada debido a un fenómeno frecuente, común a todas las islas, pero con
mayor incidencia en las orientales: la calima (viento seco y cálido). La
proximidad de la costa africana hace que el polvo en suspensión generado por
las tormentas de arena del Sáhara, llegue a la isla transportado por el siroco.
La unión de estos factores hace
posible un maravilloso clima, con escasas variaciones a lo largo del año y con
una temperatura media de 21 ºC.
Vegetación y fauna
Las escasas e irregulares
precipitaciones, la elevada insolación y las altas temperaturas, determinan la
vida vegetal y animal de la isla.
Vegetación
Fuerteventura se caracteriza
por presentar una cubierta vegetal bastante pobre, donde no existen formaciones
arbóreas densas. Esto se debe, principalmente, a la escasez de precipitaciones
y al intenso pastoreo al que se ha visto sometida la isla durante siglos.
Aunque la vegetación no sea abundante, Fuerteventura alberga numerosos
endemismos, algunos de ellos desaparecidos en la mayoría del planeta.
La formación vegetal más
frecuente la constituye un matorral espinoso que se extiende tanto por terrenos
llanos como por lomas. La aulaga (launaea arborescens) es una de las especies
más abundantes que podremos encontrar, en ocasiones, acompañada del espino de
mar (Lycium intricatum), del matomoro
(Suaeda vera) y la rama
(Salsola vermiculata).
Los verodes (Kleinia
neriifolia), las tabaibas y los cardones (Euphorbia spp.) predominan en
determinadas zonas y constituyen los elementos vegetales típicos
de Canarias. Con respecto a los
cardones, existe una especie endémica de Fuerteventura que únicamente podremos
encontrar en determinadas zonas del sur de la isla, el cardón de Jandía
(Euphorbia handiensis).
En Fuerteventura son típicos
los bosquetes de palmeras canarias (Phoenix canariensis) y tarajales (Tamarix
canariensis). En las cumbres de la isla podemos encontrar ejemplares aislados
de bosque termófilo, acebuche (Olea cerasiformis) y almácigo (Pistacia
atlantica).
Las plantas barrilleras, como
el cosco (Mesembryanthemum nodiflorum) y la barrilla (M. crystallinum), se
encuentran bien presentadas, tiñendo de rojo amplias zonas a medida que se
aproxima el verano.
En superficies arenosas
cercanas a la costa podremos encontrar, como elementos más representativos, a
la uvilla de mar (Zygophyllum fontanesii), a los balancones (Traganum
moquinii)y a la lecheruela (Euphorbia paralias). Tierra adentro, el arenal
contiene una vegetación compuesta principalmente por el corazoncillo (Lotus
lancerottensis) y el salado blanco (Polycarpaea nivea), entre otros.
Fuerteventura dispone de buenas
representaciones de saladares, áreas inundadas periódicamente por la marea que
adquieren gran importancia para la avifauna. En este hábitat, junto con otras
especies, se halla presente un matorral denso constituido fundamentalmente por
especies pertenecientes a los géneros Suaeda y Salsola, conocidos como
“salados”.
En las zonas altas de Jandía
podemos encontrar endemismos como el jorjao (Asteriscus sericeus), la margarita
de Winter (Argyranthemum winteri), el tajinaste de Jandía (Echium handiense),
etc.
También es importante mencionar
la presencia de líquenes, que se encuentran ampliamente distribuidos. Abundan
en los malpaíses, formando costras adheridas a las rocas.
Por último, cabe destacar la
presencia de algunas especies introducidas que han sabido adaptarse
perfectamente al clima majorero. Entre ellas se encuentran el mimo o tabaco
moro (Nicotiana glauca), las tuneras (Opuntia spp.), las pitas (Agave
americana) y los henequenes y (A. fourcroydes).
Fauna
Los invertebrados son el grupo
faunístico mejor representado en la isla y, entre estos, los insectos son los
que han adquirido un mayor interés.
Entre los vertebrados, las aves
son las más representativas, pues incluyen una mayor riqueza de especies. En
los llanos majoreros podremos observar a las aves esteparias, como la avutarda
o hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae).
En zonas terrosas-pedregosas y
barrancos observaremos a la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), un pequeño
paseriforme cuya población se encuentra restringida únicamente a Fuerteventura.
El guirre (Neophron
percnopterus majorensis), único buitre de Canarias, encuentra su principal
refugio en las montañas de la isla majorera.
Entre las aves marinas destacan
la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) como ave nidificante, y la garceta
común (Egretta garzeta) como ave migratoria.
Los reptiles son el siguiente
grupo de mayor importancia. Entre ellos se distinguen el lagarto atlántico
(Gallotia atlantica), el perenquén majorero (Tarentola angustimentalis) con un
mayor número de especies, y la lisa o lisneja (Chalcides simonyi), más robusta
que los anteriores y con un reducido número de ejemplares.
Los anfibios están
representados únicamente por dos especies de ranas introducidas por el hombre,
la rana común (Rana perezi) y la rana de San Antonio (Hyla meridionalis), que
precisan de zonas húmedas para subsistir.
Por último, los mamíferos han
sido en su mayoría introducidos deliberada o accidentalmente por el hombre, a
excepción del murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii) y la musaraña
canaria (Crocidura canariensis). Entre los mamíferos introducidos destacan los
domésticos, donde se encuentran la cabra, la oveja, el dromedario, el burro,
etc. Los mamíferos no domésticos se encuentran por toda la isla, y reseñamos la
presencia del erizo moruno (Atelerix algirus) y la ardilla moruna (Atlantoxerus
getulus), especies introducidas recientemente desde África.
