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Fotos: THP
Las fuerzas rusas desplegadas en
Crimea acosan a las de Ucrania, a las que
desbordan por su número, capacidad y efectivos. Los invasores rusos (que no
quieren ser identificados oficialmente como militares de la Federación Rusa)
pueden emprender un asalto a las instalaciones de la flota ucrania de
madrugada´.
Si se cumplen los temores del Ministerio de Defensa en Kiev, que
sospecha que los rusos han dado un ultimátum a las fuerzas ucranias desplegadas
en la península para que se pongan a las órdenes de las nuevas autoridades
prorrusas de Crimea. En 2009 Rusia aprobó una legislación especial para poder
utilizar el Ejercito en supuesta defensa de los intereses de sus ciudadanos en
el extranjero.
Aunque Rusia ha negado que tenga intención de asaltar las
instalaciones ucranias, está resultando muy difícil deslindar entre propaganda
e información, habida cuenta de la ofensiva propagandística de Moscú, que ha
precedido y que acompaña la operación emprendida por orden de Vladímir Putin en
Ucrania con el apoyo del Senado ruso y la
bendición del patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kiril.
En las bases ucranias de Crimea, que todavía se niegan a
entregar las armas o dejar que se las arrebaten los rusos, los francotiradores
de uno y otro lado se apuntan mutuamente con la mirilla de sus fusiles. Los
gatillos están a punto para disparar, y solo la diplomacia de altura puede
evitar que lo hagan, si es que los líderes de EE UU, la UE y Rusiaencuentran la forma de convertir el enfrentamiento
bélico en político.
Medios rusos en Simferópol opinaban que los soldados rusos
podrían convertirse en pacificadores, pero es poco probable que la comunidad
internacional acepte este cambio de papel para los que todavía siguen llevando
uniformes sin distintivos (aunque algunos han comenzado a llevar bandas blancas
en el antebrazo) y equipados con todo tipo de pertrechos militares, controlan
toda Crimea y los edificios públicos en el centro mismo de Simferópol.


