2 premios Nobels Femeninos de Literatura: Louise Glück (2020) y Annie Ernaux (2022)
Ángel Díaz Arenas
El que escribe estas
líneas sin ser propiamente él un poeta sí se ocupa de dicho género, de modo que
entre otros de sus libros existe el siguiente
,
así que cuando Jaime Siles habló
de la primera de las galardonadas, aprovechó la ocasión para redactar su
I UN PRIMER PREMIO NOBEL FEMENINO
DE LITERATURA
Louise Glück gana el
Nobel de Literatura 2020
Galardón sobre el que
Jaime Siles escribe en su “Louise Glück, el lenguaje de la fe: «Una de las
claves implícitas de su poética es que “en nuestro mundo/ hay siempre algo
escondido” que el poema ayuda a desvelar-La poeta Louise
Glück gana el Nobel de Literatura 2020»“1: “El universo lírico
de Louise Elisabeth Glück (Nueva York, 1943) tiene cierta afinidad con el de
las desleídas y disueltas acuarelas de flores de la O’Keffee [Georgia O’Keeffe (Sun Prairie, 15 de noviembre de 1887 -
Santa Fe, 6 de marzo de 1986) es conocida por sus paisajes y pinturas de flores del
desierto. Sus cuadros de flores se interpretan a menudo como yónicos (ioni
significa ‘útero’, ‘vagina’, ‘vulva’ o ‘vientre’) y toma el sentido de ‘fuente
de vida’.
Por ello sus flores son símbolos de fertilidad y vida], con cuyas
intimidades líricas posee un parecido natural; veamos: Su clásico uso del apóstrofe logra que el
discurso no transcurra fuera sino dentro del lector. Lo que vuelve del olvido
constituye la base de su voz. Y su fondo son «sombras azules / y profundas
en celeste aguamarina» que ofrecen el espectáculo de un texto que procede
por planos de escritura que funcionan no como instancias sino como movimientos
y en los que el análisis de los mismos es consecuencia de una precisa síntesis
entre inteligencia y percepción.
Su desarrollo no viene dado en el final sino
insinuado y concluido casi en su principio, como si fuera «una imagen de la
parte, y no de la totalidad». La palabra fluye desde el yo como un
líquido en el que tomara cuerpo la conciencia y cuyo protagonista máximo no
fuera otro que la luz que va iluminando la materia y que, al hacerlo, la libera
de todo lo que la historia ha ido poniendo encima de las cosas y que se
interpone entre ellas y nosotros como una oscuridad.
Louise Glück practica,
pues, una especie de desvelamiento que nos obliga a hundirnos «en la
oscuridad y la luz al mismo tiempo» y que genera una vivencia de la
indeterminación muy próxima a uno de los principios de la física moderna, pero
también a ese neokantianismo estético que inspiró tanto la pintura cubista como
la poesía pura, aunque hay que decir que ésta no lo es. A lo que sí se
aproxima, y mucho, es a las formulaciones de la ascética. Una de las claves
implícitas de su poética es que «en nuestro mundo/ hay siempre algo
escondido» que el poema ayuda a desvelar. Su punto de ignición es la
sorpresa, pero ésta no surge del lenguaje sino de la observación de la
realidad. Por eso se sitúa en «el instante en que nada es pasado todavía»,
aunque el punto inmóvil que esta escritura busca no es el eliotiano [es decir, Il correlativo
oggettivo è un concetto poetico elaborato nel 1919 da Thomas Stearns Eliot
(Saint Louis, 26 settembre 1888–Londra, 4 gennaio 1965), che lo definì come:
«una serie di oggetti, una situazione, una catena di eventi pronta a
trasformarsi nella formula di un'emozione particolare»], sino otro que
algunas veces se puede identificar con el vacío, aunque el vacío aquí tiene
siempre algo detrás.
Por su libro «Ararat» desfila un sinfín de íntimos
fantasmas: padres, hermanos, tíos, hijos, sobrinos, casas, pueblos y sitios con
los que el yo establece un diálogo, más objetivo que cordial. Libro más
aristotélico que platónico, su tema no es otro que el amor o -mejor- las formas
del amor con su inagotable catálogo de múltiples variantes. Eso y el misterio
que acompaña a toda relación y a las heridas que inevitablemente el trato
siempre causa: «argumento significa historia de amor». Uno de sus
poemas-clave es «Viudas», en el que puede verse un modo poco usual de
feminismo y un tratamiento en profundidad de este estado civil de la mujer.
Pero ya he dicho que este libro participa del espíritu griego y, por eso, no
duda en introducir en él a las Furias, que son aquí no tanto un
trasfondo como un componente. La figura de la madre o de la hermana muerta, el
imán del afecto perdido o las limitaciones y angustias del hablante conforman
un magma que hace que una herida en el corazón lo sea también en la mente, y
que, en su lectura, sintamos piedad de nosotros mismos. No hay aquí catarsis
sino la sensación de un constante e inútil sufrimiento que el poema transmita.
Poesía de dureza moral, no oculta las cosas, sino que las deja reducidas a la
más cruda desnudez de su verdad, que es lo que constituye su materia poética.
Podría, pues, hablarse de cierto realismo, en el que la objetividad de la
visión deja fuera el lenguaje de las emociones y en el que la persona poemática
se comporta con la frialdad de un sociólogo. Incluso podría decirse que ciertas
zonas de su escritura son menos poéticas que sociológicas, porque lo que
algunos de sus poemas critican e interpretan son las disfunciones de su cultura
y de su sociedad. Esta es la parte más trágicamente griega de su obra, pero
también la más genuinamente americana. Estamos, pues, ante una poesía realmente
moderna por su lenguaje hablado y, más que por sus tonos, por lo que podríamos
llamar «su entonación», que es lo que permite identificar la compleja
sencillez de su técnica, consistente en focalizaciones instantáneas. El
conocimiento que transmite es saber que la muerte no tiene contrapunto ni
armonía ni intérpretes; que «amar la forma es amar los finales»; y que «una
lengua muere porque -o cuando- no necesita ser hablada». Lo que en esta
escritura nos subyuga es la calidad de un lenguaje poético que parece no serlo
y el haber sabido encontrar en su habla de mujer los rasgos opcionales de su
eficiente lenguaje poético. En «Averno», el texto que da título al libro
supone una mirada sobre todo aquello de lo que uno se despide y que quiere de
alguna forma conservar porque el tiempo sin memoria carece de sentido. Para
Louise Glück la poesía es un modo de conocimiento más que un sistema de
expresión. La dialéctica que lo rige es la de un tiempo rescatado que funciona
«como un pulso/ entre el cambio y la inmovilidad», al que no escapa su
vida amorosa, convertida aquí en objeto de meditación. Las siete edades
recorren la vida de su autora. Concebido como vida en hipótesis, este libro
indaga en lo que ella misma llama un «lenguaje de la fe» que le permite
regresar no a un tiempo dado, sino a un deseo sentido”. Escrito que
complementamos con las justas palabras que escribe e ilustra Juan Carlos
Delgado en su “La poeta Louise Glück gana el
Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba en las
quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz poética
que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres poemas
para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020“2,
texto en el que confiesa: «La poeta
estadounidense Louise Glück ha ganado el premio Nobel de Literatura 2020, según
acaba de dar a conocer el secretario de la Academia Sueca, Mats Malm (*1964),
desde la sede de la institución en Estocolmo. Glück, que no estaba en las
quinielas de este año, ha sido galardonada “por su inconfundible voz poética
que con austera belleza hace universal la existencia individual”, según el
fallo de la institución. Nacida en Nueva York el 22 de abril de 1943, Glück se
graduó en 1961 en la Hewlett High School neoyorquina, y luego asistió al Sarah
Lawrence College y a la Universidad de Columbia. El Nobel de Literatura viene a
coronar una larga y reconocida trayectoria, que comenzó a finales de la década
de los sesenta con la publicación, en 1968, de su primer libro, “First born”
que fue reconocido con el Academy of American Poet‘s
Prize. Desde entonces, ha publicado doce colecciones de poesía, todas ellas
caracterizadas por la búsqueda de claridad. La infancia y la vida familiar, la
estrecha relación entre padres e hijos, y entre hermanos, son los temas
centrales de su obra. La autora estadounidense es una de las figuras más
relevantes de la poesía contemporánea norteamericana, con títulos tan importantes
como “Ararat”, “Averno”, “El iris salvaje”, “Las siete
edades” “Praderas”, “Una vida de pueblo”o “Vita nova”
todos ellos publicados en España por la editorial Pre-Textos. En sus poemas, el
yo escucha lo que queda de sus sueños e ilusiones, y nadie es más duro
que ella a la hora de confrontar las ilusiones del yo. Pero, aunque
nunca negaría la importancia del trasfondo autobiográfico en su obra, no debe
ser considerada una poeta confesional. Como bien destaca la Academia Sueca en
su fallo (elección: personal), es una autora que busca lo universal, y
para ello se inspira en los mitos y motivos clásicos, presentes en la mayoría
de sus libros. “En la obra de Glück, las voces de Dido, Perséfone y Eurídice
-los abandonados, los castigados, los traicionados- son máscaras de un yo
en transformación, tan personal como universalmente válido”, destaca Anders
Olsson (*1949), jefe del Comité Nobel. En ese sentido, la crítica coincide en
señalar a “Averno” (2006) como una de sus obras más significativas. Se
trata de una antología poética “magistral”, en la que plasma una interpretación
visionaria del mito del descenso a los infiernos de Perséfone, cautiva del dios
Hades. Con “El triunfo de Aquiles” (1985), por el que logró el National
Book Critics Circle Award, y “Ararat” (1990), Glück empezó a tener un
grupo cada vez más fiel y numeroso de lectores, tanto en Estados Unidos como
fuera de su país de origen.
En “Ararat” se unen tres características
que, posteriormente, se repetirán en su escritura: el tema de la vida familiar,
la inteligencia austera y un refinado sentido de la composición que marca el
libro como un todo. En sus ensayos, Glück cita el tono urgente de T. S. Eliot,
el arte de la escucha interior de John Keats o el silencio voluntario de George
Oppen, lo cual revela mucho de su propia poesía. Pero, sin duda, Emily
Dickinson es la poeta con la que más nexos presenta, por su severidad y falta
de voluntad para aceptar simples principios de fe. “Para mí es tan obvio que
escribir poesía es lo más milagroso que se puede hacer que tengo que recordarme
a mí misma que no todo el mundo en el mundo quiere ser poeta. Mucha gente no
está ni remotamente interesada en la poesía, pero para mí está tan claro que,
por supuesto, es lo que quiero hacer...”.
Así concibe ella la poesía, según
explicó en un vídeo a Poets.org. Louise Glück (Video: Louise Gluck on
Being a Poet). Como autora, no sólo está comprometida con los errores y las
condiciones cambiantes de la vida, sino que también es una poeta del cambio
radical y el renacimiento, donde el salto adelante se da desde un profundo
sentimiento de pérdida. En una de sus colecciones más elogiadas, “El iris
salvaje” (1992), por la que recibió el premio Pulitzer, describe el
milagroso regreso de la vida después del invierno, lo que realiza en breve y
sencillo poema soneteado (14 versos) “Campanillas de invierno” (versión
castellana de Adrián Viéitez)3:
¿Sabes lo
que yo era entonces, cómo vivía? Conoces
la
desesperación; de este modo
el
invierno debería significar algo para ti.
No
esperaba sobrevivir
a la
opresión de la tierra. No esperaba
despertar
otra vez, sentir
mi cuerpo
sobre tierra húmeda,
capaz de
responder de nuevo, recordando,
tras
tanto tiempo, cómo volver a abrirme
en la
fría luz
de la más
temprana primavera—
asustada,
sí, ma(á)s de vuelta contigo
llorando
sí riesgo felicidad
en mitad
del crudo viento del nuevo mundo».
Crudo viento del nuevo mundo que nos conduce
directamente a
II UN SEGUNDO PREMIO NOBEL FEMENINO
DE LITERATURA
Annie
Ernaux
gana el Nobel de Literatura 2022
Sobre el Premio Nobel de literatura
del 2022 escriben ÁLEX VICENTE/MARC BASSETS bajo el título “PREMIO NOBEL DE
LITERATURA: «La escritora francesa Annie Ernaux gana el Premio Nobel de
Literatura 2022. La Academia Sueca concede el máximo galardón literario a uno
de los grandes exponentes de la autoficción europea, autora de una obra situada
entre la narrativa y la sociología, el feminismo y el compromiso social»”4,
texto que en parte informa: «La escritora francesa
Annie Ernaux (Lillebonne, Francia, 1 de septiembre de 1940: 82 años) ha ganado este jueves el Premio Nobel de
Literatura, dotado con 10 millones de coronas suecas (más de 920.000 euros).
“Lo considero un gran honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad, una
responsabilidad que se me otorga con el premio.
Es decir, de manifestar una
forma de equidad, de justicia, en relación con el mundo”, dijo la ganadora a la
televisión sueca SVT en sus primeras declaraciones tras conocer la noticia. El
galardón le fue concedido “por la valentía y la precisión clínica con la que
desvela las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas a la memoria
personal”, según argumentó el comité del premio. Esa justificación parece
salida de la boca de la propia Ernaux, que cree que la literatura debe
funcionar “como un cuchillo”. La autora
escribe con el bisturí en la mano, siempre dispuesta a tocar el hueso, a llegar
“hasta el fondo de una determinada verdad”. El resultado ha sido una obra
minuciosamente elaborada a lo largo de las últimas cinco décadas y situada a
medio camino entre la narrativa y las ciencias humanas, donde la historia y la
sociología cuentan tanto como el recuerdo individual. Ernaux está convencida de
que es imposible disociar ambas cosas. Se dirá que este es el primer Nobel que
premia la autoficción, un subgénero que ella ha alimentado más que nadie. Para
esta escritora, la primera persona es un contenedor vacío que utiliza para
recoger una experiencia ampliamente compartida. “El yo es solo un lugar y no la
expresión de una persona”, afirmaba en el 2019 en su domicilio de
Cergy-Pontoise, a unos 40 kilómetros de París, una de esas villes nouvelles que
Pompidou levantó de la nada para aliviar la concentración urbana en la capital.
Un sitio sin historia, peculiar elección para una escritora obsesionada por la
memoria, en el que ella vive sola, en una casita con jardín decorada al estilo british
y situada en una zona residencial un tanto aislada. “Sé que parece una
contradicción, pero esta urbe sin pasado era el único lugar donde me sentía
bien. Las ciudades históricas me recuerdan a una larga tradición de exclusión
social. Aquí podía vivir sin sentirme sometida a ese determinismo”, explica la
autora. La noción de traición social respecto a sus orígenes humildes, de lo
que ella define como un transfuguismo de clase, atraviesa la trayectoria de
esta hija de modestos tenderos de un pueblo de Normandía, que vendían patatas
para que ella “pudiera sentarse en un anfiteatro universitario para escuchar
hablar de Platón”, como dejó escrito en Una mujer (1988). Ernaux
se sitúa en la extrema izquierda, ha apoyado al líder antiliberal Jean-Luc
Mélenchon y el combate de los chalecos amarillos. En 2019, cuando
invadieron las rotondas francesas, no condenó su violencia. Quienes no eran
capaces de entenderla, dijo, era porque “nunca han sentido la necesidad de
destrozarlo todo, nunca han experimentado ese sentimiento de injusticia”. Sus
paisajes —las ciudades residenciales del extrarradio lejano de París, los
trenes de cercanías que llevan a los trabajadores precarios a la gran ciudad,
las superficies comerciales impersonales, los pequeños pueblos en declive de su
región natal— son los paisajes de la Francia de los desfavorecidos, la Francia
periférica. En su país, la escritora ha creado escuela, con autores de
generaciones posteriores como Emmanuel Carrère, Nicolas Mathieu o Édouard Louis
reconociéndose como discípulos suyos. Ella temía este momento, según confesó en
junio al diario belga Le Soir. La autora de Los años (2008) se
imaginaba que, de recibir el Nobel, se sentiría triste. “Me sentiría atrapada
entre el deseo de decir no, no lo quiero, como Jean-Paul Sartre, y otro de
poder decir cosas como hizo Albert Camus”. Y se preguntaba: “¿Qué sentido
tendría recibir el Nobel de Literatura? Hay una parte de azar, también. Si mira
la lista de los Nobel, hay muchos escritores que no han dejado una obra
imperecedera. Lo que obtiene el laureado de un premio Nobel es a la vez mucho
dinero y también una forma de intocabilidad. Todo esto me parece
malsano. He llegado a un punto en que temo de nuevo el mes de octubre. ¡Espero
que sea tranquilo el de este año, y todos los siguientes!”. El presidente de la
República, Emmanuel Macron, celebró el galardón con un mensaje en Twitter: “Annie
Ernaux escribe, desde hace 50 años, la novela de la memoria colectiva e íntima
de nuestro país. Su voz es la de la libertad de las mujeres y de los olvidados
del siglo. Une con esta consagración el gran círculo del Nobel de nuestra
literatura francesa”. El premio puede interpretarse como un reconocimiento de
la vitalidad de las letras francesas... Y este Nobel consagra definitivamente a
una autora que, hasta hace solo un par de décadas era prácticamente una paria
de las letras francesas, como ella misma admitía. Su reflejo literario de la
experiencia femenina provocó que se la arrinconara como una escritora menor y
un tanto sensacionalista, por no rehuir aspectos como su aborto clandestino en
los sesenta [tanto en su primera novela, Los armarios vacíos, como en El acontecimiento, (Barcelona,
2019), 119 páginas. TusQuets Editores], tema sobre
el que escribe “Nada más
bajarme de la camilla, con mi gran jersey cubriéndome los muslos, el ginecólogo
me dijo que estaba embarazada. Lo que yo creía que era una enfermedad de
estómago eran náuseas. Me prescribió unas inyecciones para que me bajara la
regla, pero me pareció que ni él mismo estaba seguro de que fueran a hacer
efecto. Ya en el umbral de la puerta me dijo sonriendo jovialmente «los hijos
del amor son siempre los más guapos». Me pareció una frase espantosa”, “Evento
che è più terrificante non è un racconto cruento o violento dell’esperienza
dell’aborto, ma la continua deumanizzazione/deshumanización cui è sottoposta la
protagonista: tutti la trattano con distacco, la giudicano in silenzio e a
volte ad alta voce. Lei cerca risposte nei romanzi, dove però nessuno spiega
mai, in concreto, come si abortisce. La vita e la gravidanza della protagonista
vanno avanti, senza un’apparente via d’uscita”. Reseña del libro de Annie Ernaux, El
acontecimiento, sobre el que redacta Natalia Enríquez en su “Annie Ernaux
relata un acontecimiento para todas”5, lo siguiente: «Me gusta pensar y reseñar los
libros que me resultan no solamente piezas preciosas de la literatura, sino que
son fundamentales para la vida. Entonces, este no es un libro ni una historia,
en cada relectura, en donde quiera que se lo abra es sobre todo la
materialización del grito de miles de mujeres.
Un grito desesperado que Annie
Ernaux logra contarlo en la forma del recuerdo, vaporosa, específica incluso,
rodeada de neblina y silencios. Así es El acontecimiento. Una escritura
sin expectativa ni pretensión, de un corte quirúrgico que podría ser el tono
más notorio de la voz de Annie Ernaux, quien sostiene la historia de su aborto
con un aliento gélido que quema. Vuelve sobre su experiencia y recuerda con la
frescura de los años universitarios el miedo, la inseguridad y la soledad de
una mujer a la que en esas condiciones todo el mundo le da la espalda, incluida
ella misma. “Volví andando a la residencia, en la agenda aparece escrito «estoy
embarazada, es horrible»”. Desde el yo, desde la escritura de corte
autobiográfico, recabada en su diario y en su recuerdo, logra trascender hacia
una realidad común, universal, política, potente, íntima y pública; como suelen
ser los temas de las mujeres, que son transversales a las problemáticas
sociales y que todo lo trastocan a su paso. Así es como la autora documenta su
vida y, a su vez, en ese gesto y través de ello condensa el mundo en unas
hojas. El acontecimiento permite algunas lecturas porque a pesar de su
estructura fragmentada, poética y ensayística, teje con un hilo casi invisible
los detalles de una sociedad que desde todos sus frentes deslegitima a la mujer
construyendo los discursos que etiquetan lo femenino. El peso del imperativo
moral de la negación del deseo femenino, en cualquier aspecto; el edulcorado
discurso médico; lo afectivo, las relaciones sociales, los referentes
culturales. Cada línea sentencia desde la realidad, cada silencio y palabra no
dicha de la autora construye su texto, su historia, la de todas. Repetimos
parcialmente: “Nada más bajarme de la camilla, ...”
La autora escribió
este libro casi después de 40 años de haber vivido la experiencia de su aborto,
y la lectora que escribe esto, puede hablar del libro tres años después de
leerlo, porque la condición de vulnerabilidad del cuerpo femenino nos atraviesa
y nos conmueve. Lástima que Annie Ernaux no haya escrito este libro para el
Ecuador donde todavía alguien se escandalizará por publicar asuntos personales,
y peor aún donde muchas mujeres seguirán abortando desde la clandestinidad y el
silencio. “El hecho de que la forma en la que yo viví la experiencia del
aborto, la clandestinidad forme parte del pasado no me parece un motivo válido
para que se siga ocultando.
La ley, que casi siempre se considera justa, cae en
la paradoja de obligar a las antiguas víctimas a callarse porque «todo aquello
se acabó», haciendo que lo que sucedió continúe oculto bajo el mismo silencio
de entonces. Pero precisamente porque ya no pesa ninguna prohibición sobre el
aborto puedo afrontar…”»
Escrito
que hemos cerrado deteniéndonos sobre el texto El
acontecimiento debido a una razón curiosa y crucial que pertenece al
devenir del destino de este escriba. Siendo así que un servidor estudió en
Francia en las Universidades de Burdeos y Ruan en los años
1964-70, tiempos en los que tuvo una amiga-novia muy íntima y por esas cosas
que pasan (juventud y deseos de vivir y correr “caminante son tus huellas el
camino…”) nos separamos…
Los años han pasado y pasaron y un día recibió un
correo que me hablaba de un pasado muy pasado (más de 50 años) y que me
recordaba un amor intenso, lejano y muy perdido en el recuerdo y esa mujer
quiso encontrarme y vino a visitarme a mi domicilio actual en Múnich y me contó
que había estado embrazada de mí dos veces, lo que ahora me razona que la
última vez que desee tener una relación sexual con ella se negó llorando… y que
se casó (no por amor), sino para tener un hijo cuyo nacimiento limpiara y
limpiase esos dos abortos de una pasado y la permitiera recomenzar a vivir de
nuevo… y nuevamente conmigo…
Notas
1 Jaime Siles (Valencia, 16 de
abril de *1951):
“Louise Glück, el lenguaje de la fe: «Una de las claves implícitas de su
poética es que “en nuestro mundo/ hay siempre algo escondido” que el poema
ayuda a desvelar-La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020»”, en: ABC.
Cultura, (Madrid, 08/10/2020:19:24h).
2 Juan Carlos Delgado
(Ciudad de México, *1989): “La poeta Louise
Glück gana el Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba
en las quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz
poética que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres
poemas para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020“, en: ABC.
Cultura, (MADRID, Actualizado: 08/10/2020: 18:52h).
3 Añadimos un artículo en
alemán de Christina Horsten: «Die Musik der Gedanken», en: Abendzeitung.
Kultur, (Múnich, viernes 8 de octubre de 2020), pág. 27.
5 Natalia Enríquez: “Annie
Ernaux relata un acontecimiento para todas”, en: La Línea de fuego. Revista
digital, (marzo 8, 2022).
BIBLIOGRAFÍA
ÁLEX
VICENTE/MARC BASSETS: “PREMIO NOBEL DE LITERATURA: «La escritora francesa Annie
Ernaux gana el Premio Nobel de Literatura 2022. La Academia Sueca concede el
máximo galardón literario a uno de los grandes exponentes de la autoficción
europea, autora de una obra situada entre la narrativa y la sociología, el
feminismo y el compromiso social»”, en: El País. Cultura, (Madrid /
París, 06 de octubre de 2022 – 13:01 CEST).
DELGADO,
Juan Carlos: “La poeta Louise Glück gana el
Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba en las
quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz poética
que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres poemas
para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020”, en: ABC.
Cultura, (MADRID, Actualizado: 08/10/2020: 18:52h).
DÍAZ
ARENAS, Ángel: Jaime Siles y Ángel Díaz: «“lo profundo
del tiempo” y “ahora en la senectud”» (Cuando éramos jóvenes y creíamos en la
inmortalidad 35 años después: 1985 → 2020), (Madrid, 2020). Editorial Verbum.
ENRÍQUEZ,
Natalia: “Annie Ernaux relata un acontecimiento para todas”, en: La Línea de
fuego. Revista digital, (Quito, Ecuador, marzo
8, 2022).
ERNAUX,
Annie: El acontecimiento, (Barcelona, 2019), 119 páginas. TusQuets
Editores. Otros de sus títulos dicen: La mujer helada (1981), El lugar (1983), Pura pasión
(1992), No he salido de mi noche (1997), El acontecimiento
(citado más arriba: 2000), Perderse (2001), El uso de la foto
(2005), Memoria de chica (2016), etc.