·
La alcaldesa pone en tela de juicio sus propios
criterios de actuación en torno a las licencias municipales de taxis
·
Las mociones presentadas por el PSOE en torno al
"improcedente" ERE municipal y a la suspensión del servicio de
transporte a los alumnos de enseñanza secundaria han sido desestimadas
En La Oliva a 25 de
septiembre de 2014
Ni readmisión de los 46 trabajadores
despedidos de forma improcedente por el ERE municipal, según última sentencia
del TSJC, ni reposición del servicio de transporte escolar de los alumnos que
cursan sus estudios de enseñanza secundaria en Puerto del Rosario ni el
otorgamiento de las tres nuevas licencias de taxi previstas desde el pasado mes
de junio.
Una vez más y, como de costumbre, Morales
parece jugar a un enrevesado juego del despiste en el que la mayor premisa se
basa en el "donde dije digo, digo Diego", sin importar, eso sí, el
bien colectivo del municipio en general y de sus residentes en particular.
El pasado mes de junio la corporación
local norteña iniciaba el expediente para la adjudicación de tres nuevas
licencias de auto-taxi en el municipio. Expediente que a día de hoy se
encuentra paralizado en los despachos municipales sin que haya, aparentemente,
motivo para ello salvo la presión que están ejerciendo los actuales
propietarios de licencias del servicio en el término municipal, para evitar por
parte del consistorio, la concesión de más licencias en el sector.
En la actualidad, La Oliva cuenta con un
total de 53 licencias de auto-taxi adjudicadas, cifra que se encuentra por
debajo de los límites insulares permitidos y que otorgan al municipio la
capacidad máxima de contar con un total de 65 licencias.
53 licencias que, quieren recordar desde
el PSOE, sirven para abastecer a una población total de más de 25 mil
habitantes sin contar, a los turistas que hacen uso diariamente del servicio ya
que cabe recordar que el municipio es uno de los principales núcleos turísticos
de la isla.
En ese sentido, los socialistas lamentan
la falta de rigor manifiesta por la dirigente nacionalista a la hora de aceptar
presiones para paralizar expedientes administrativos sin otro motivo aparente
que fines electoralistas.
Una alcaldesa, que a escasos meses de las
próximas elecciones municipales parece estar más pendiente de donde poder
"rascar" votos antes que de dirigir el municipio buscando el estado
de bienestar de sus conciudadanos