SE DESCUBRE QUE EL RUIDO DE LAS PROSPECCIONES SÍSMICAS PROVOCA MALFORMACIONES EN LARVAS MARINAS


Hoy se publica en Scientific Reports, de la prestigiosa editorial científica Nature, un artículo liderado por la doctora Natacha Aguilar, del grupo de investigación BIOECOMAC de la Universidad de La Laguna, en el que presenta resultados de un experimento realizado en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) durante su contrato europeo Marie Curie. El resultado es la primera demostración de que una exposición a ruido intenso, como el de las prospecciones sísmicas, puede retrasar el desarrollo y producir malformaciones en larvas de vieiras. Las vieiras son un molusco del grupo de los bivalvos, en el que también se incluyen las almejas o los mejillones.


Los invertebrados marinos, tales como crustáceos o moluscos, juegan un importante papel ecológico formando  la base de las redes alimentarias marinas. A nivel económico, las pesquerías de invertebrados globales tienen un valor multimillonario. A medida que aumentan las actividades humanas en los océanos se incrementa la preocupación acerca de que el ruido producido por estas actividades pueda impactar a la fauna marina. Aunque el efecto del ruido sobre las ballenas, delfines y otros cetáceos es ya conocido, por ejemplo los varamientos masivos de zifios registrados en Canarias en relación al uso de sonares navales, existen muy pocos datos acerca del posible impacto del ruido sobre los invertebrados marinos.

Esto aumenta el valor de la investigación que se publica hoy, realizada por un equipo internacional de investigadores de la ULL, Universidad de Auckland (UOA) y de St. Andrews (Escocia). El trabajo se realizó dentro del proyecto SOUNDMAR, financiado por la convocatoria Marie Curie del 7º Programa Marco Europeo a la Dra Aguilar, para realizar investigación en la ULL y UOA.

Las larvas de vieira fueron expuestas en el laboratorio de Leigh (Nueva Zelanda) a una reproducción del ruido de cañones de aire comprimido (pulsos sísmicos). Estos pulsos fueron grabados previamente en el mar por la investigadora, durante un muestreo acústico de cetáceos en el mar de Irlanda, a decenas de kilómetros de un barco realizando una exploración sísmica de hidrocarburos.
El desarrollo de las larvas expuestas al ruido sísmico se retrasó significativamente, y además un 46% desarrollaron malformaciones en el tejido. En comparación, las larvas no expuestas al ruido se desarrollaron normalmente. Esta es la primera observación de que una exposición a ruido puede producir malformaciones en larvas de invertebrados marinos.

Aunque los retrasos en el desarrollo de las larvas de observaron desde el principio del experimento, las malformaciones aparecieron solamente en una fase larvaria particular, la D-veliger, cuando la concha comienza a endurecerse en estas larvas microscópicas. Los investigadores piensan que esta fase podría ser más vulnerable a la exposición sonora.

La Dra. Aguilar afirma “nadie sabía que una exposición al ruido podría afectar el crecimiento de los animales tan dramáticamente, de modo que fue una sorpresa descubrir malformaciones en estas larvas microscópicas. Es aún un misterio qué es lo que ha ido mal dentro de las células por culpa del ruido. Los invertebrados marinos realizan cambios de forma radicales durante su desarrollo, cambiando entre distintas formas larvarias, y ahora sabemos que el ruido puede impactar este proceso natural”

Los fuertes impactos observados en este experimento sugieren que el desarrollo larvario podría interrumpirse a niveles de exposición más bajos, lo que aumenta las posibilidades de que actividades humanas que utilizan fuentes de sonido intenso, como las prospecciones sísmicas o las explosiones submarinas, puedan afectar a la supervivencia de las larvas de bivalvos en el mar.

“Los pescadores en distintas partes del mundo se quejan de reducciones en las capturas durante o después de actividades de prospección sísmica en el área. Nuestros resultados sugieren que el ruido intenso podría ser un factor explicando los efectos en los recursos marinos”

"Estamos incrementando el ruido en los océanos debido principalmente al tráfico de buques, las construcciones marinas y la exploración sísmica. Ya sabemos que esto constituye un problema para los mamíferos marinos, ahora estamos descubriendo que también otros animales, más pequeños pero igualmente importantes, pueden ser afectados. Es necesario definir qué nivel de ruido puede producir un impacto sobre las larvas marinas, con posibles consecuencias a nivel del ecosistema. Mientras tanto, debe considerarse el posible impacto a la hora de planificar actividades humanas que emitan ruido intenso en zonas de reproducción de invertebrados con importancia ecológica o económica"