El Cabildo
y el Ayuntamiento de La Oliva ultiman la obra con el acondicionamiento de los
accesos y el aparcamiento
23 de octubre de 2013
Las obras de restauración de la Casa Alta de Tindaya avanzan estos días
con la instalación de la nueva techumbre y el acondicionamiento de la
superficie anexa para accesos y aparcamientos, y próximamente con el traslado
de la parada de guaguas, acondicionamiento del entorno (paredes de piedra,
gavias) y el soterramiento del cableado aéreo, para el que ya se han terminado
las canalizaciones. Se trata de la última fase de los trabajos que viene
ejecutando la empresa INCOC SL (Iniciativas para la
Construcción y Obra Civil SL), por un importe aproximado de 400.000 euros.
Los trabajos se desarrollan de
forma coordinada entre el Ayuntamiento de La Oliva y el Cabildo de
Fuerteventura, y están dirigidos a habilitar un
centro de interpretación dedicado íntegramente a todo el entorno de la
localidad de Tindaya, tanto a la propia montaña, que cuenta la declaración
de Monumento Natural, así como al yacimiento arqueológico, los podomorfos,
ecosistema natural, poblamiento, etc.
La Casa Alta de Tindaya es
uno de los edificios históricos singulares de la arquitectura civil majorera,
pero de su historia son pocos los datos que han llegado a nuestros días. Según
su tipología, su origen se remontaría al siglo XVIII –puede incluso que al
XVII-, estando su construcción probablemente asociada al poder económico de la
burguesía majorera que comerciaba con la cochinilla y la orchilla.
Se sabe también con certeza que
la última marquesa de La Oliva, doña Nieves Manrique de Lara y del Castillo
(1844-1921), se desprendió a su muerte del inmueble a través de un lote de
bienes transmitidos al médico de la Casa de Los Coroneles, en agradecimiento a
los servicios prestados. Desde entonces y hasta ahora, la Casa Alta de Tindaya ha
experimentado un deterioro progresivo, hasta que, tras adquirir el edificio
junto al Gobierno de Canarias, el Cabildo de Fuerteventura inicia su
rehabilitación.
Las historias populares de la
zona relacionan su construcción con el retorno de un indiano que invirtió sus
ganancias en la edificación de una residencia que diera realce a su nueva
posición económica. Pero que acabó encontrando la muerte cuando precisamente
disfrutaba de la observación de su nueva propiedad desde una montaña próxima.
Características
La Casa Alta de Tindaya es un
edificio de arquitectura tradicional con influencias coloniales, reconocido
como uno de los inmuebles singulares de la arquitectura civil majorera (sus dos
plantas son una característica escasa y peculiar). El inmueble goza de Protección Integral, que es la
catalogación más importante tras el BIC, y se encuentra inventariado en la
planificación insular (PIOF) como bien histórico-artístico.
El edificio tiene una superficie de 254
m2 (359 m2 entre las dos plantas), además de un patio exterior de 205 m2. Todas
estas superficies se encuentran afectadas por las obras, hasta alcanzar los
1.000 m2 incluyendo los accesos, el aparcamiento y las zonas circundantes. La
parcela en que se ubica el edificio tiene unos 6.000 m2, y es la que
actualmente se está acondicionando como aparcamiento y accesos.
En la planta baja se ubicarán los aseos,
dos salas de exposición y dos habitaciones (recepción y almacén). La planta
alta se destinará a exposiciones. El acceso se podrá realizar por el patio
exterior que rodea la casa.
Cabe destacar que la Casa Alta de Tindaya encontraba
enormemente deteriorada, especialmente a partir de su abandono desde mediados
del siglo XX. Este deterioro se ha visto notablemente acentuado por el expolio
de algunos de sus elementos arquitectónicos, muy valorados, como las vigas de
madera de tea que sustentaban el solado de la primera planta –dejando las
paredes exteriores de hasta ocho metros sin sustento-, o la sustracción de
piezas de cantería como los sillares de las
esquinas de la casa, y las jambas, dinteles, alfeizares, y quicios en puertas y
ventanas.
