Un derrame petrolífero llegaría antes de 48 horas a Fuerteventura en un 85% de casos, según Repsol

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-      La petrolera reconoce ‘riesgo social alto’ por la afección a las desaladoras
-      Los daños ambientales serían de categoría ‘desastrosos’, con la simulación de derrames aportada por la multinacional
-      Los especialistas canadienses recomiendan multiplicar por 10 el cálculo de riesgo de Repsol


5 de junio de 2014
El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno de España no ha dejado alegar ni ha sometido a información pública los más de 50 documentos que el pasado 28 de mayo ‘aparecieron’ en el expediente de las prospecciones petrolíferas en Canarias. Más aún, el propio Ministerio anunció la tarde del pasado 29 de mayo, víspera del Día de Canarias, que la Declaración de Impacto Ambiental realizada tomando en consideración estos documentos era positiva.

La lectura de estos 50 nuevos documentos incorporados durante los últimos meses al expediente (pese a que el periodo de consulta ciudadana acabó en septiembre de 2013), depara, sin embargo, datos relevantes. Entre ellos, que la propia simulación en laboratorio costeada por Repsol indica que para un escenario de un derrame accidental en verano de 3.000 barriles por día, la marea de petróleo llegaría en un 85% de los casos a Fuerteventura, en un tiempo estimado inferior a 48 horas. En invierno la probabilidad de llegada de la marea negra a Fuerteventura es del 71%, en poco más de 48 horas.

Fuerteventura sería por lo tanto la Isla más directamente afectada en la simulación de Repsol, que para Lanzarote indica una probabilidad de llegada a la costa del 28% (y 3’5 días) en verano y del 2’6% (y 37 días) en invierno. El resto de islas y la costa africana no se librarían sin embargo de los efectos de la marea negra: antes o después su extensión alcanzaría a prácticamente todos los rincones.

“Y eso teniendo en cuenta que son informes hecho por encargo de Repsol, con técnicas y con datos con los que no estamos de acuerdo, obviando además información relevante sobre desaladoras y espacios naturales. Pero el grado de peligro es tan relevante que ni en los informes cocinados a su gusto pueden obviarlos. Por eso no nos han dejado alegar sobre ellos y los han tenido ocultos hasta ahora”, explicó el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera.


La información se puede extraer de los documentos ‘Adenda al EIA del proyecto Sondeos exploratorios marinos en Canarias. Evaluación de riesgos derivados de un blowout de 3000bbl/día’ (de febrero de 2014) y ‘Adenda al EIA del proyecto Sondeos exploratorios marinos en Canarias. Actualización de la sección 13, sección 14 y sección 16’ (de abril de 2014).

Repsol tuvo que encargar la redacción de estos nuevos documentos a comienzos de 2014, después de que en las más de 11.000 alegaciones presentadas en Canarias en agosto y septiembre de 2013 se denunciara que los originales eran absolutamente irreales. La denuncia llevó a que el propio Ministerio indicara a Repsol que la simulación de riesgos calculada inicialmente para un escenario de derrame accidental de 1.000 barriles diarios, debía ser triplicada hasta al menos un escenario de 3.000 barriles. Los especialistas internacionales recomendaron al Gobierno, sin embargo, que la simulación se hiciera para 30.000 barriles diarios. No les hizo caso.

Hay que multiplicar por 10

El escenario de los 3.000 barriles diarios no es suficiente. En las alegaciones presentadas en septiembre desde Canarias se incluía el informe de Rick Steiner, profesor de la Universidad de Alaska hasta 2010, especialista en conservación marina y asesor de una decena de países en materia de perforaciones en mar abierto, Rick Steiner señaló “el EIA no reconoce ni recoge las normas de seguridad más estrictas que se impusieron en Estados Unidos tras la catástrofe de la Deepwater Horizon en 2010”.

El pozo 1 propuesto por Repsol en el EIA tendría una profundidad total de 6.800 m, esto es, un 20% más que el de Macondo, construido por ‘Deepwater Horizon’ en el Golfo de México, en el que se produjo el accidente en 2010. Este último presentaba una profundidad de 5.596 m y una presión de formación de más de 13.000 psi. La prospección de Repsol 2 tiene una profundidad total de 6.370 m. “Por lo tanto, la presión, la temperatura y los riesgos de los pozos de las Islas Canarias serían comparables, por no decir significativamente mayores, que los del pozo Macondo, que registró un fallo de consecuencias catastróficas”, resume Steiner.

En vista de que la profundidad, la presión y la complejidad operativa que de algunos de los pozos de aguas profundas pueden ser iguales o mayores que el de Macondo (derrame del Golfo de México, 2010), “un peor supuesto posible de derrame más verosímil para el proyecto de prospección en las Islas Canarias sería 30.000 barriles/día durante 60 días, es decir, 1,8 millones de barriles en total”. Esta cifra es muy superior al "peor supuesto" previsto en el EIA” que Repsol y el Ministerio tramitaron.

Metodología errónea

La metodología del cálculo de riesgo utilizada por la multinacional Repsol en su Estudio de Impacto Ambiental para justificar las perforaciones petrolíferas frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, “es muy fácil utilizarla sesgadamente para hacer tolerable cualquier actuación o explotación industrial en cualquier lugar, por muy protegido que esté”, advierte Jesús Cisneros Aguirre, doctor en Oceanografía Física, profesor de Contaminación Marina y Oceanografía Costera en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Jesús Cisneros elaboró también un informe que formó parte de las más de 11.000 alegaciones ciudadanas al Estudio de Impacto Ambiental.

Sobre medidas preventivas y correctoras, Jesús Cisneros señala en su informe que en el caso de blowout no hay manera “…de contener el derrame en la menor área posible, como dice el EsIA. En mar abierto las barreras de contención no funcionan y solo se pueden realizar vertidos de dispersantes que no hacen sino aumentar la contaminación, con  resultados efectivos más que dudosos, a lo que se añade que son productos potencialmente muy dañinos para el ambiente que todavía hoy no se conocen todos sus efectos a corto y largo plazo”.

Espacios naturales

Resulta también significativo el uso interesadamente restrictivo que se hace en los documentos de la información ya conocida. Es el caso de los espacios naturales protegidos. Los nuevos informes encargados por Repsol (y sobre los que el Ministerio no ha permitido hacer alegaciones), indican sobre posibles afecciones a espacios naturales protegidos que “las consecuencias o daños ambientales sobre la Red Natura 2000 de Fuerteventura han aumentado un nivel en la categoría de daños, pasando de ‘serio’ o ‘muy serio’ en el caso de 1.000 barriles día a ‘muy serio’ y ‘desastroso’ en el caso de los 3.000 barriles días”.

No obstante, la calificación de daños ‘serios o muy serios’ sobre los espacios protegidos de Fuerteventura se hace sin estudiar, calcular o valorar la propuesta de de nuevo Lic marino del Oriente y Sur de Fuerteventura y Lanzarote, cuya superficie coincide en un 80% con las nueve cuadrículas y 616.000 hectáreas autorizadas a Repsol en 2012 frente a las costa de las dos islas orientales.

Durante estos últimos mese se ha constatado que Repsol sí que tenía toda la información sobre el Lic marino que, por otra parte, promueve, supervisa, coordina y tramita el Ministerio de Medio Ambiente. Es decir, el mismo organismo gubernamental que acaba de dar su visto bueno al Estudio de Impacto Ambiental de las prospecciones sin incluir los cálculos sobre la superficie propuesta como Lic marino.

Desaladoras

Capítulo aparte merece el análisis aportado sobre el posible riesgo a las desaladoras de Fuerteventura, que abastecen el 100% del consumo insular de agua potable (108.000 residentes y 2’5 millones de turistas anuales). El informe costeado por la multinacional Repsol y ahora incorporado reconoce un ‘peor caso’ referido a los riesgos sobre “potencial afección a las desaladoras” ya que se podrían acumular concentraciones de hidrocarburos en costa mayores a 10.000 g/m2. Eso sí, reconoce en su detalle de ‘medida preventivas’ que no tiene prevista ni una sola respuesta en tierra para el caso de que las desaladoras tengan que parar.

Hablan los especialistas locales

La experiencia de cuatro décadas en el funcionamiento de las desaladoras de Fuerteventura llevó a los técnicos del Consorcio de Aguas de Fuerteventura y del Consejo Insular de Aguas (entidades públicas que coordinan el funcionamiento de las desaladoras y la distribución de agua), a elaborar informes contra el proyecto de Repsol durante el proceso de alegaciones desarrollado en agosto y septiembre de 2013.


Subrayaron el desconocimiento que demuestra Repsol de las desaladoras canarias, ya que en las islas siguen funcionando desaladoras con tomas directas a la marea, y por lo tanto de paralización inmediata en caso de contaminación por hidrocarburos. Y advirtieron que los componentes de los hidrocarburos acaban filtrándose junto al agua en los pozos playeros de captación de las desaladoras, y por lo tanto sus daños sobre las membranas y en general sobre el funcionamiento de las plantas desaladoras puede ser inmediato, obligando a paralizar la producción de agua de abasto público.